Españoles en la tragedia de Grecia: «Lo hemos vivido a través de las noticias»
Vestigios del desastre llegan a todos los rincones del país, a través de la televisión y otros testimonios
Cuando Blanca Morón y sus amigos, sentados en una terraza en Atenas de vacaciones, observaron el pasado lunes cómo el cielo se volvía rojo y se llenaba de nubarrones oscuros , pensaron que era la típica «tormenta de verano». Fue un poco más tarde cuando se dieron cuenta de que Grecia estaba ardiendo , muy cerca de Atenas. La tragedia sorprendió en el país heleno a cientos de turistas españoles, de los más de 100.000 que visitan las islas griegas cada año.
Natalia Kataras, hija de una española y de padre griego, no llegó a ver el fuego, aunque relata que en su casa, al norte de la capital, los cortes de luz fueron constantes . «Lo hemos vivido a través de las noticias, y de familiares», comenta Natalia. Su madre, que vive en la isla de Andros, enfrentada a uno de los focos del incendio, contó a su hija cómo la ceniza comenzó a llover en la isla y el olor a quemado se apoderó del lugar.
Nikos Skarmoutsos no estaba en Atenas cuando su hijo Nico le llamó preocupado. Acababa de enterarse del desastre y desde España no sabía nada de su padre . Pero, por fortuna, Nikos estaba de viaje en Mykonos. «Cuando me desperté el martes se veían grandes columnas de humo desde la isla», relata Nikos. Empezó a publicar en su página de Facebook toda la información que encontró y se aseguró de que sus conocidos estaban bien. «No había una sincronización o una organización, y s e reaccionó tarde », asegura a ABC.
Tanto Blanca como Natalia coinciden en que la capital no se ha visto afectada por los incendios. «Mis amigos y mi familia desde España tenían una impresión mucho más grave de lo que nosotros hemos vivido en Atenas», apunta la primera. Natalia, por su parte, hace hincapié en lo mismo: «Al centro de Atenas no ha llegado, yo trabajo aquí y ni siquiera los servicios de transporte se han visto afectados».
Carreteras desoladas
Cuenta Blanca que ayer se encontró cara a cara con la catástrofe por primera vez. Ella y sus amigos iban a pasar el día en la ciudad de Corinto y el camino a tomar, la carretera del Peloponeso , llegó a sentir sobre el asfalto las llamas. Cuando emprendieron el viaje, el fuego ya estaba controlado, pero Blanca relata cómo a su paso solo encontraban devastación. «Se veía todo el monte quemado, las casas destruidas, muchos coches de policías y bomberos y hasta unos cuantos hidroaviones», relata.
No todos lo han vivido de primera mano, pero la población está desolada. Natalia dice que su cuñado, bombero de profesión, lleva desde el lunes trabajando sin descanso. «Está demolido psicológicamente, como todos los residentes», dice y continúa: «Desde que se controló el fuego ha estado casa por casa buscando muertos entre los escombros , es horrible», concluye.
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