Coronavirus
Más de 60 enfermeras y médicos españoles denuncian estar atrapados en Ecuador sin poder volver
Con vuelos cancelados y sin soluciones, decenas de sanitarios de toda España no saben cuándo podran regresar, en un momento en el que se necesitan profesionales de la salud
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Llegaron a Ecuador el 24 de febrero con la intención de participar en un voluntariado hasta finales de marzo , pero la llegada del coronavirus truncó sus planes. Ahora, 63 sanitarios –médicos y enfermeras de muchas partes de España– se encuentran atrapados en el país sin saber cuándo podrán volver, en un momento en el que sus servicios son muy necesarios en los centros sanitarios de nuestro país. «Algunos hemos conseguido un vuelo para el 21, pero no nos aseguran que vaya a salir, porque estos días se han cancelado varios», lamenta a este diario Yaiza Zuil , enfermera de 28 años que se encuentra en esta situación.
Esta profesional sanitaria y sus compañeros se desplazaron a Ecuador para realizar un voluntariado consistente en una campaña sociosanitaria organizada por la Asociación Internacional de Sanitarios, cuenta. Entre sus labores, impartían charlas sobre hábitos de higiene y vida saludable, controlaban patologías crónicas o trataban problemas agudos . Sin embargo, el pasado fin de semana, ante la expansión del coronavirus, Ecuador cerró las fronteras terrestres y marítimas , suspendió los vuelos internacionales y prohibió los eventos que reúnan a más de 30 personas, razón por la que la campaña en la que participaban estos españoles terminó.
Según explica Zuil a este periódico, los grupos de sanitarios estaban repartidos por varias regiones del país. El grupo en el que ella se encontraba logró –con dificultad– llegar hasta la capital, donde se encuentra ahora mismo, esperando a poder volver. Otros grupos, sin embargo, aún no han podido llegar a Qu ito, desde donde tienen que coger el avión para poder regresar a su país de origen. «Estamos en un hostal que nos pagamos nosotros. Solo podemos salir a la calle para ir al supermercado o a la farmacia», explica, al mismo tiempo que lamenta que, en estas salidas, cuando los ecuatorianos se percatan de que son españoles , en ocasiones sufren miradas de desconfianza: «Se alejan de nosotros como si fuéramos un foco de coronavirus».
Denuncian que ni las compañías aéreas ni el Consulado de España en Quito les dan soluciones. «La compañía nos dice que de un momento a otro se pueden suspender los vuelos. Que el nuestro, de momento, sigue en pie, pero no nos aseguran que podamos volver . Además, nos dijeron que si el sábado no sale probablemente ya no podremos volver por lo menos hasta el 2 de abril», explica. Algunos de sus compañeros no han conseguido ni comprar un vuelo, puesto que la cantidad de reservas que se reciben provoca que las plazas se agoten enseguida. «Es totalmente imposible comprarlos. Miras en los buscadores y ya no quedan y llamas a las aerolíneas y no dan soluciones», critica.
«No tienen posibilidad de repatriarnos»
El Consulado de España en Quito, asegura esta enfermera, conoce la situación de este grupo de profesionales , ya que los grupos contactan con la oficina de representación a diario. «Nos han comunicado que les aseguran que los vuelos siguen en pie. Ellos nos dicen que no tienen posibilidad de repatriarnos, que no tienen aviones», lamenta. Además, ante la posibilidad de que el vuelo que tienen el sábado se cancelara , el Consulado, explica Zuil, les responde que lo único que podrían hacer es reubicarlos en algún hotel hasta que puedan volver a España. «Nos dicen que no pueden hacer nada más por nosotros».
«Somos sanitarios y hacemos mucha falta en España ahora mismo por lo desbordado que está el sistema», reclama esta enfermera, que alude también a un documento del Colegio Oficial de Enfermería de Madrid en el que se comunicaba la necesidad de incorporar a enfermeros en Madrid para hacer frente a la crisis del coronavirus.
Pero también sus familias viven estos momentos con nervios, sin saber cuándo podrán volver a verlos. «Están con ansiedad e intranquilidad. Hasta que no pongamos un pie en Barajas no se quedarán tranquilos», lamenta.
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