El caso Alfie Evans despierta de nuevo la conciencia de la sociedad británica

Los padres del bebé de 23 meses continúan su batalla para que el pequeño no sea desconectado de la máquina que le mantiene con vida

El padre de Alfie Evans, Tom Evans, de 21 años, en plena batalla legal para no desconectar a su hijo de la máquina que le mantiene con vida AFP

IVÁN ALONSO

Tras varios meses de batalla legal para salvar la vida de su pequeño, los padres de Alfie Evans, de 23 meses, y que padece una rara enfermedad mental degenerativa, no se rinden. Tras haber perdido todos los recursos interpuestos ante el Tribunal Supremo británico, la Corte de Apelaciones de Reino Unido y la Corte Suprema de Derechos Humanos, Tom Evans, de 21 años, y Kate James , de 20, ambos de Liverpool, visitaron al Papa Francisco para pedirle que intermedie en la situación. El Pontífice rogó hace unos días que se respete la «dignidad» del pequeño y que sea tratado de la manera más «adecuada a sus condiciones».

Alfie, que está a punto de cumplir dos años, padece una enfermedad neurológica que los médicos no han sido capaces de identificar . El niño sobrevive conectado, desde diciembre de 2016, a un soporte de ventilación artificial que le ayuda a mantenerse con vida ya que los doctores han apuntado en varias ocasiones que parece no haber cura posible ante este problema.

A raíz de esta enfermedad el pequeño ha perdido la capacidad de escuchar, ver, oler o responder al tacto. A pesar de eso, y en contra de la opinión de los médicos del hospital infantil donde se encuentra el Alder Hey de Liverpool, sus padres no quieren que el niño sea desconectado de la maquina que necesita para continuar con su vida. Desde el hospital aseguran que seguir tratando al niño sería «cruel, injusto e inhumano» y que su situación es irreversible.

Sus padres quieren trasladarle al centro pediátrico Bambino Gesú de Roma (Italia) donde buscan prolongar su vida mediante un tratamiento alternativo. Algo a lo que los médicos se han negado y cuya decisión dejaron en manos del Tribunal Supremo británico que les ha dado la razón en dos ocasiones. El último juez que le ha negado a la familia el traslado lo justificaba porque Alfie necesita «paz, tranquilidad y privacidad». Según el magistrado y ante las pruebas médicas remitidas por el hospital, el bebé se encuentra en «un estado semivegetativo» y su necesidad es ahora «recibir un cuidado paliativo de buena calidad».

A pesar de esta decisión y de haber sufrido todas esas derrotas en los tribunales los padres de Alfie aseguran que continuarán intentando luchar por su vida. Cuentan con el apoyo de miles de personas autodenominadas como «el ejército de Alfie» que se han manifestado en varias ocasiones en los últimos meses en la puerta del hospital donde se encuentra el pequeño.

Charlie Gard, hace menos de un año

El caso de Alfie recuerda al del pequeño Charlie Gard, otro bebé británico que británico diagnosticado dos meses después de nacer con una rara enfermedad que solo padecían 16 niños en todo el mundo, el síndrome de agotamiento mitocondrial . Como en este caso, fue la justicia británica, a instancias del hospital Great Ormond Street de Londres, la que autorizó desconectarlo del soporte de ventilación que lo mantenía con vida. Todo a pesar del deseo de sus padres de no hacerlo y de llevarlo a Estados Unidos para someterlo a un tratamiento experimental para el que recaudaron incluso más de 1 millón de euros. Finalmente, el pequeño falleció en julio del año pasado tras varios meses de batalla legal .

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