El borrador del acuerdo de la COP26 insta a los países a adelantar a 2022 la reducción de sus emisiones

Se pide revisar los planes de descarbonización tres años antes de lo previsto, aunque la financiación para los países en desarrollo se queda sin fecha concreta

China y Estados Unidos anuncian un acuerdo bilateral para ampliar su «acción climática» esta década

Contaminación del aire en Pekín EFE

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Tras diez días de negociaciones, la Cumbre del Clima de Glasgow (COP26) comienza a moverse. La presidencia del encuentro, en manos británicas, publicó este miércoles el primer borrador de cobertura del acuerdo, un texto base sobre el que aún se harán modificaciones, en el que se insta a los casi 200 estados participantes a revisar en un año sus objetivos de reducción de emisiones a 2030 . Es una forma de reconocer la enorme brecha que hoy separa los planes climáticos de los países con los recortes que serían necesarios para mantener la temperatura global del planeta en «umbrales seguros» de entre 1,5ºC y 2º sobre los niveles preindustriales.

Normalmente es en la recta final de estas negociaciones de dos semanas donde se hacen las modificaciones más importantes a los textos, ya que es necesario que todos los participantes estén de acuerdo. Y el primero ha sido acogido con sentimientos enfrentados , entre quienes creen que el borrador se queda corto y quienes ven con agrado el intento de reforzar la acción climática.

Por ahora, la redacción pide a los participantes «revisar y fortalecer» sus planes de descarbonización en 2022 , antes de lo que estaba previsto, que era 2025. Sin embargo, algunos países no han cumplido el mandato de ahondar en sus recortes de emisiones de cara a esta cumbre, como se fijó en el Acuerdo de París. En aquel encuentro se determinó que todos los integrantes debían llegar a la COP26 habiendo aumentado sus esfuerzos. Pero según Climate Action Tracker, que analiza los planes climáticos de los estados, no hay mejoras significativas en los que han remitido países como Australia, Brasil, Indonesia, Rusia, Japón o México.

La insistencia en la necesidad de seguir recortando emisiones se debe a que esta cumbre se proponía mantener factible el límite de calentamiento en 1,5º, ya que según los científicos apenas quedan ochos años para que la ventana de oportunidad se cierre. Para lograrlo, es necesario que las emisiones globales caigan un 45% para 2030 y por ello el texto reconoce que se requiere una «acción significativa y eficaz» de todos los países en esta «década crítica» para lograrlo. También «señala con seria preocupación» que, según los compromisos actuales, las emisiones están en camino de aumentar un 13,7% para 2030 .

Lo que no dice el borrador es cuánto más debería ampliar cada país los objetivos para el próximo año, por lo que este miércoles algunos de los estados más afectados por el cambio climático, como los pequeños estados insulares, se han mostrado firmemente disconformes. «‘Instar’, ‘alentar’ e ‘invitar’ no es el lenguaje decisivo que requiere este momento. Nos queda un tiempo limitado para hacer esto bien », se quejaba el embajador de la coalición de pequeños estados insulares, Aubrey Webson.

En el caso de la Unión Europea, por ejemplo, el objetivo adoptado y al que también está sujeta España resultaría en una caída de emisiones del 52,8% por debajo de los niveles de 1990, lo que no sería suficiente para acotar el calentamiento a 1,5º, según los cálculos de Climate Action Tracker. Habría que tomar más medidas para que el recorte fuera de entre un 58% y un 70% .

Incluso China , el mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo, en una declaración hecha esta noche por sorpresa junto con Estados Unidos, ha reconocido que hay una gran brecha entre los planes actuales y los objetivo fijados por el Acuerdo de París. «Ambos países vemos que el risgo del cambio climático es existencial», ha asegurado el enviado especial chino para el clima, Xie Zhenhua, antes de anunciar un acuerdo bilateral para «reforzar la acción climática» en esta década. Se centrará en mantener vivo el objetivo de 1,5º, mediante recortes de emisiones en el metano o el impulso a las energías limpias, dijeron. «Tenemos que ser honestos. Hay que hacer más por el futuro», dijo por su parte el enviado norteamericano, John Kerry.

El texto de la COP26, además, incluye por primera vez un llamamiento explícito a que se acelere la eliminación de las subvenciones al carbón y a los combustibles fósiles . No obliga a hacerlo, pero este apartado tiene una carga política sobre su responsabilidad en el calentamiento global. Hay dudas de que este enunciado se mantenga en el texto final. «Arabia Saudí y Australia trabajarán para eliminar esa parte antes de que se cierre esta conferencia», vaticinó ayer la directora de Greenpeace Internacional, Jennifer Morgan.

Falta dinero

Sin embargo, algunos expertos temen que los textos se queden cortos en materias como la financiación de los estados en desarrollo, un punto central en esta cumbre, ya que los 100.000 millones de dólares que se comprometieron en el Acuerdo de París a partir de 2020 aún no se han completado, y probablemente no se logren hasta 2023.

«Es un documento muy desequilibrado. Por un lado, hay mucho sobre el proceso para acelerar la reducción de emisiones. Pero sobre las demandas clave de los países vulnerables hay muy poco . Sobre ayudar a estos países a adaptarse a los impactos climáticos y hacer frente a las pérdidas y los daños permanentes es muy difuso y vago», dijo Mohamed Adow, director de Powershift Africa. El texto reconoce que hace falta ampliar la financiación y también pide más apoyo de los países desarrollados y otras organizaciones para abordar los daños causados por el clima extremo y el aumento del nivel del mar en las naciones vulnerables.

El jefe de las negociación climáticas de la Unión Europea, Frans Timmermans, ha pedido a las naciones que aún no han comprometido dinero para la adaptación climática a hacer más. «Asegurémonos de que el texto sea la base de nuestra ambición. No cedamos en nada y sigamos siendo más ambiciosos», dijo Timmermans.

Por su parte, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, aseguró que «es un primer borrador interesante y equilibrado donde aparecen por primera vez referencias a aspectos clave de la acción en materia de clima», pero, reconoció, «es posible que sobre esta base haya margen de mejora» .

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