Los afectados por los incendios de Grecia afrontan desolados la reconstrucción de sus hogares: «Está todo quemado»

Las ayudas del Gobierno han sido acogidas con esperanza a pesar de que algunos vecinos las consideran insuficientes

Voluntarios transportan en automóvil un burro que había quedado atrás durante un incendio forestal en Varibobi Efe

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Andreas acaba de volver de Varibobi , la antigua zona residencial a tres cuartos de hora del centro de Atenas donde muchas familias tenían desde los años cincuenta una residencia de verano entre los pinos. «Está todo quemado , el suelo aún caliente, se ve un poco de humo por todos lados», muestra de que sigue quemándose los restos de pinos.

Ha acompañado a Thodorís, un amigo que ha visto su casa de verano destruida : quería compañía para ver esta desolación y negociar con un maderero. Porque nadie espera a que la administración local recoja la madera quemada de su propiedad, hasta ahora podían pasar años. «Le pide 1.500 euros para cortar los 8 pinos quemados alrededor de la casa y otros 1.000 para llevárselo todo, y no tiene ese dinero» y con el paso de los días el precio irá aumentando.

Los vecinos de Thodorís están igual de desolados: dos familias vivían ya todo el año en esas casas construidas el siglo pasado y ahora se han ido a casa de sus hijos temporalmente. El señor Apostolos, que se acababa de jubilar, ha calculado que con las ayudas anunciadas ayer miércoles podrá como mucho tirar las paredes de lo que queda de su hogar y comprar una casita prefabricada , eso si, de las pequeñas y sin detalles «rústicos» de madera, cuyos precios rondan los 60.000 euros. «Sólo así podré volver a tener casa rápidamente y ayudar a la reforestación de la zona». Porque ahora todos en esta parte de Ática ya han comprendido que los pinares son cosa del pasado y tras limpiar las zonas quemadas se plantarán otros árboles más resistentes a los fuegos . Y todos tendrán que ayudar.

Ayudas estatales rápidas a partir del 18 de Agosto

Que el Gobierno anuncie una primera entrega de dinero en efectivo a través de una plataforma electrónica para los afectados que podrán presentar sus solicitudes a partir del 18 de agosto y después financiación para reconstruir sus casas ha sido acogido con esperanza. El hijo del señor Apostolos está preocupado: no sabe si la salud de su padre aguantará en una zona donde ha habido tanta contaminación atmosférica , pero sabe que tras vivir tantos años a las afueras de la capital no resistirá muchos meses en el centro de Atenas donde vive ahora temporalmente.

Otro vecino con una casa nueva tuvo suerte, ya que no tenía árboles cerca y se quedó hasta el último minuto regando antes de ser evacuado solo tendrá que cambiar las ventanas y las persianas así como otros desperfectos en el interior causados por las altas temperaturas. Hará los arreglos lo antes posible con el dinero de las ayudas. Eso sí, todos comentan que los cables eléctricos deberán estar bajo tierra a partir de ahora, porque creen que han sido los transformadores y los postes eléctricos los que expandieron los incendios.

Solidaridad de los vecinos y ayudas

Pero en otras zonas de Ática como Ajarnés, la desolación es general y las quejas constantes, sobre todo de quienes estaban de vacaciones y no pudieron luchar por su propiedad. Los vecinos ayudan y quien salvó su casa hospeda a familias del barrio. Pocos son los que han ido a los hoteles pagados por el estado.

«Lo que queremos es volver a nuestras casa con las primeras ayudas» afirma Marina . Su casa se quemó el día 6 y todavía sigue luchando contra la ceniza y todo lo quemado, hasta se derritió su microondas. Pronto cobrará una suma para los primeros gastos básicos de su hogar, una cantidad que en ningún caso superará los 150.000 euros y que dependerá de como cataloguen las autoridades su casa.

En la zona hay varios lugares donde se reparten alimentos, agua y productos de limpieza así como bolsas de basura gigantes. Son donaciones que llegan de otras partes de la capital y son rápidamente repartidos. Y todos los vecinos ayudan, sobre todo a los más mayores. Ahora la preocupación es otra: con tanto fuego y destrucción, ¿qué pasará cuando comiencen las lluvias? El peligro de inundaciones, como las trágicas de la zona de Mandra en noviembre del 2017, también en Ática, en las que fallecieron 24 personas y hubo muchos daños materiales, está en la mente de todos.

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