Aeropuertos del mundo que merecen una escala

Lo importante del viaje no es el destino, sino el camino. Especialmente, si volamos por esos mundos de Dios, Alá, Buda o Bhramá y nos tocan escalas en las que daría tiempo a ver la trilogía entera de «El Padrino».

Precisamente, eso es lo que se puede hacer entre vuelo y vuelo en el aeropuerto Changi de Singapur, elegido el mejor del mundo por quinto año consecutivo. Además de contar con salas de cine gratuitas que proyectan día y noche los últimos éxitos de Hollywood, este moderno aeropuerto ofrece recorridos guiados por la pujante ciudad-Estado si la escala es superior a seis horas. Junto a la multitud de tiendas, restaurantes y cafeterías repartidas por sus cuatro terminales, este importante nudo de comunicaciones del Sudeste Asiático dispone de atracciones que merecen por sí solas una visita.

Entre ellas destacan sus jardines de orquídeas (la flor nacional), lirios y cactus, así como una piscina al aire libre para relajarse viendo despegar los aviones y dos instalaciones artísticas con más de un millar de pequeñas piezas de bronce que cambian de forma.

De los aeropuertos con más de 40 millones de pasajeros anuales, el de Singapur es el que más satisfechos deja a sus visitantes. Así lo atestiguan los premios que acaba de entregar el Consejo Internacional de Aeropuertos, otorgados a partir de las 550.000 encuestas efectuadas el año pasado en 300 de estos recintos repartidos por 80 países. Muy profundo, dicho estudio valora hasta 34 aspectos clave, como la seguridad, instalaciones, colas de facturación, accesos y calidad de restaurantes y tiendas.

Empatado con el de Singapur figura el aeropuerto de Incheon en Corea del Sur, que ha sustituido al de Gimpo como principal puerta a Seúl. Gracias a sus buenas comunicaciones, tiendas y restaurantes, pugna con los de Pekín y Shanghái-Pudong, ambos en segundo lugar, como centro neurálgico para las conexiones aéreas en el noreste de Asia. A continuación les sigue el aeropuerto de Cantón (Guangzhou), en el sur de China, que curiosamente ha desplazado al de Hong Kong, muy cercano y transitado.

En Europa, el de Heathrow, en Londres, es el mejor considerado, seguido del aeropuerto de Sheremetyevo en Moscú y de Dublín, que reciben varios millones menos de pasajeros. Más pequeños aún, Indianápolis y Grand Rapids lideran la clasificación en Estados Unidos, donde destacan las ausencias de Nueva York y Los Ángeles. Mientras tanto, en Oriente Medio destacan Amán (Jordania), Doha (Qatar), Abu Dabi y Dubái (Emiratos Árabes Unidos). Gracias a su abundante petróleo, las aerolíneas de estos dos últimos países ofrecen precios muy competitivos y lujosos servicios en sus aeropuertos. Buena prueba de ello son las tiendas del aeropuerto de Dubái, que más bien parece un gigantesco centro comercial donde hay hasta un bar de ostras y caviar y un restaurante español de tapas, llamado Cádiz.

Por su parte, Ecuador se lleva la palma en Latinoamérica con los aeropuertos de Guayaquil y Quito, seguidos por Punta Cana (República Dominicana). Y en África, tras el de las islas Mauricio, dominan los de Durban, Ciudad del Cabo y Johannesburgo. Todos ellos se merecen una escala.