Villar de Cañas, la localidad conquense que acogerá el ATC
Villar de Cañas, la localidad conquense que acogerá el ATC - luna revenga

«El almacén nuclear nos ha devuelto la vida al pueblo»

Si en Villar de Cañas, el pueblo de Cuenca que acogerá el ATC, se celebrase un referéndum, la mayoría diría: «Sí, quiero»

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Carmen Barco tiene una afición muy rara en estos tiempos de internet: el fin de semana se compra todos los periódicos que puede. Un domingo de 2006, vio un anuncio del Ministerio de Industria que se repetía en todos y que, básicamente, buscaba una ubicación para un Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares. Y por qué no en Villar de Cañas, se preguntó, el pequeño pueblo conquense de medio millar de habitantes en el que trabaja desde hace 25 años como secretaria-interventora. Se lo dijo al alcalde, José María Saiz, y cinco años después, el 30 de diciembre de 2011, uno de los primeros Consejos de Ministros del Gobierno de Mariano Rajoy elegía los terrenos del municipio como sede del ATC entre los ocho pueblos candidatos que concursaron.

«Necesitaban (Enresa) 25 hectáreas y les dimos 56, más otras 36 del parque empresarial», presume orgullosa esta funcionaria mientras no deja de atender el teléfono. Una constante en estos días en los que el dúo Villar de Cañas-ATC van camino de convertirse en la canción del verano 2015.

Desde aquel fin de año de 2011, la vida ha cambiado mucho en este pueblo, al cual se accede desde la A-3, salida 124. Mejor dicho, según el alcalde: «El almacén ha devuelto la vida al pueblo». La secretaria coincide: «Por primera vez, en los bares hay más animación entre semana que los fines de semana». La lista de la compra de los últimos cuatro años abarca desde la iluminación del frontón, el arreglo del colegio o de los tejados de las viviendas sociales, hasta mejoras en la iglesia. Tanta era la euforia en Villar de Cañas que el alcalde bromeó con el párroco. «Y a ti te vamos a proponer como Papa», le dijo.

Todo esto, claro está, gracias a la expectativa del ATC. Más actuaciones directas: por un convenio Enresa-Junta de Comunidades, de más de 19 millones de euros, se ha enlazado la carretera N-420 con la A-3; otro acuerdo ha mejorado el pavimento desde la carretera de Valencia hasta el pueblo, que antes poco menos que era un camino. De hecho, a fecha de hoy, unas 100 personas trabajan en asfaltar los caminos del Molino y Cardadores, los que conducirán al ATC, a dos kilómetros exactos del núcleo urbano.

Actuaciones indirectas: si hace cuatro años había una sucursal bancaria, ahora hay tres; y un gimnasio, y un estudio de ingeniería y otro de arquitectura, y se ha terminado el centro de día. El año pasado incluso se abrió un hostal, para acoger a los trabajadores que no son de la zona. El dueño de «El rincón de la Mancha», de nueve habitaciones, es Luis María Bilbao, un ilustrador que junto a su mujer se quedó en el paro, y vio al albur del ATC una forma de reinventarse. Este vecino ha invertido 100.000 euros y, de momento, le da para «ir pagando» (lo que debe). Según la interventora, el ATC generará 120 puestos de trabajo directos; solo durante su construcción se necesitarán entre 300 y 500 personas. Aparte que «desde que llegue el primer contenedor», la zona recibirá seis millones de euros anuales en concepto de «asignación económica».

Por el bien del pueblo

Todos estos datos chocan, por tanto, con una de las razones que el Gobierno de Castilla-La Mancha da para oponerse al ATC y es que apenas generará puestos de trabajo. «Pero en manos de quién estamos», se lamenta este emprendedor. Más allá va Nuria Saiz, portavoz de la Plataforma a favor del ATC, que cuenta una anécdota del vicepresidente regional, José Luis Martínez Guijarro, natural de San Lorezo de la Parrilla, un pueblo cercano: «Me dijo que, con la construcción del ATC, qué iba a pasar con el agua de Solán de Cabras y fíjese que aquí solo hay un almacén; el manantial está en la sierra. Su preocupación era esa».

Su marido, José Fraile, es el secretario de la asociación de jubilados, que son mayoría en Villar de Cañas y apunta un hecho irrebatible. Fue el PSOE, durante el Gobierno de Zapatero, el que propuso un ATC. «Nosotros no lo hemos pedido, simplemente nos apuntamos y nos lo dieron», recuerda.

En Villar de Cañas, el consenso entre los vecinos es casi total a favor del ATC. Nuria incluso reta a ABC para que encuentre a un vecino que se oponga al proyecto. En el centro de día, donde una docena de jubilados juegan al «despistado» o al parchís, se hace una pregunta: «¿Está usted a favor o en contra del ATC?». El referéndum nuclear no deja dudas. Todos, salvo dos personas, están a favor. «Yo por el bien del pueblo y de mi gente para que pueda trabajar», dice Ángel Rodrigo.

De las dos personas que no se pronuncian a favor, una se abstiene porque «estoy harto de los políticos» y otra, Guillermo Torralba, se opone firmemente. «Aquí si no estás a favor, te señalan. ¿Por qué estoy en contra? Mire, yo cuando voy a un hospital y veo la señal de radioactividad, me asusto», apunta. «Esmucho más fácil decir: el ATC produce cáncer», responde Carmen Barco desde su despacho.

En su taller de aperos agrícolas, lleno de grasa, este alcalde-autónomo hace un alto en su trabajo. «Mi presidente, mi presidente», repite, en referencia a Emiliano García-Page. «¿Qué cómo me siento? Pues como si van a tu casa a robarte y encima lo hace tu propio padre», dice, y a continuación suelta un circunloquio en el que se desahoga: «¿Qué quiere que hagamos con el ATC: lo mismo que con el aeropuerto de Ciudad Real, que costó 1.200 millones de euros y lo han vendido por 10.000 euros?». Y sigue: «Dice Page que no quiere tener un basurero nuclear en la región y resulta que ya tiene dos. ¿Qué son los ATI (Almacén Temporal Individualizado) de Trillo y Zorita? Pero este hombre dónde ha estado los últimos 30 años».

El alcalde desvela que le han llamado desde la Junta para «arreglar este tema». La cita con Page es el 24 de agosto a las 11 horas. Entonces José María Saiz le dirá que con la reciente aprobación de 25.000 hectáreas como Zona de Especial Protección para las Aves «o no sabe lo que hace o prevarica». ¿Por qué? El alcalde cita un informe de 2010 de la SEO (Sociedad Española de Ornitología) en el que las zonas de protección son muy diferentes a las que ahora ha declarado la Junta para proteger a las grullas, avutardas y demás pájaros que, dicen, abundan en la zona, mientras que los vecinos no saben ni pío. «El sentido común se tiene que imponer», cree Nuria Saiz. «Como al final venzan las grullas, nosotros nos vamos y que se queden ellas», comenta Luis María Bilbao.

Ver los comentarios