Erdogan recibió al Papa este viernes en el palacio presidencial
Erdogan recibió al Papa este viernes en el palacio presidencial - REUTERS

El Papa Francisco renuncia a alojarse en el nuevo macropalacio de Erdogan

El edificio, rodeado de polémica por su excesivo coste, está considerado por los críticos como un símbolo de la megalomanía del presidente turco

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El Papa Francisco ha hecho de la austeridad uno de los emblemas de su pontificado, con gestos como el de instalarse en el modesto edificio de Santa Marta en lugar de en el lujoso Palacio Apostólico del Vaticano, la residencia tradicional de los Papas desde Pío X, o renunciar al oro en el anillo del Pescador, el símbolo papal. Por eso, la invitación del presidente turco Recep Tayip Erdogan a convertirse en el primer huésped del nuevo y fastuoso Palacio de Aksaray había llevado a más de uno a enarcar las cejas. Finalmente, Francisco ha resuelto la contradicción optando por alojarse en la residencia que el Vaticano tiene en la capital turca, Ankara.

Erdogan recibió al Santo Padre en este palacio durante la jornada inaugural

de su viaje de tres días a Turquía, pero no regresó luego alli para pasar la noche.

El Palacio de Aksaray, inaugurado el mes pasado, ha estado rodeado de polémica por numerosos motivos. En primer lugar, por su elevado coste: más de 500 millones de euros hasta el momento, el doble de lo presupuestado inicialmente, y su precio podría seguir elevándose en el futuro.

La Cámara de Arquitectos de Ankara, una de las instituciones más críticas con la construcción, denuncia que al edificio, que cuenta ya con un millar de estancias, se le añadirá también una residencia personal para el presidente con otras 250 habitaciones. La factura de la luz, según sus estimaciones, podría acercarse a los 300.000 euros mensuales, que pagarán los contribuyentes.

Más controvertido aún es el tamaño del edificio, uno de los más grandes del mundo, lo que ha sido interpretado como un símbolo de la megalomanía de Erdogan. Este se defiende asegurando que el edificio es el «símbolo del prestigio del país».

De la Casa Blanca al «Palacio Blanco»

«El complejo no solo consiste de un palacio sin licencia. Tan solo la residencia donde vivirá el presidente ocupará unos 7.000 metros cuadrados, según nuestros cálculos», declaró recientemente Tezcan Karakus Candan, jefa de la Cámara de Arquitectos de Ankara. «El presidente cree que un país poderoso requiere de un gran palacio. La Casa Blanca, que tiene 5.109 metros cuadrados, es uno de los palacios más pequeños del mundo. Esto indicaría que los EE.UU. son un estado pequeño. Así que ‘un gran palacio’ no significa ‘un gran país’», afirmó Candan.

Los críticos, además, señalan que el propio nombre del edificio desmiente las pretendidas razones de estado: «Ak Saray» significa «Palacio blanco» o «puro», pero también es un juego de palabras con el nombre del partido de Erdogan, el «AK Parti» o AKP.

En cualquier caso, la acertada decisión de Francisco le ha permitido evitar la polémica. El gesto recuerda al que Juan Pablo II tuvo durante su visita oficial a Filipinas en 1981, cuando se negó a alojarse en el llamado Palacio de Coco construido a instancias de Imelda Marcos, la esposa del dictador Ferdinand Marcos, alegando que el edificio, uno de los más caros del mundo, era demasiado ostentoso para un país con tanta pobreza.

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