Narcotráfico | cádiz

Vídeo: Una narcolancha reposta combustible de una 'petaquera' a plena luz en Chiclana

Las imágenes, en las que se ve el traspaso de las garrafas, confirman como esta práctica se ha convertido en una forma habitual de los narcos para abastecer a las lanchas que permanecen en alta mar antes de entrar a alijar a costa

Fiscalía, asociaciones y sindicatos policiales, además de colectivos antidroga reiteran la necesidad de endurecer la normativa sobre los que sirven de logística al traficante

Momento del trasvase de las petacas a la narcolancha, este sábado en Chiclana. La Voz

M. Almagro

No ha caído todavía el sol cuando un grupo de traficantes se acerca con una lancha a pocas millas de la costa. Otros, los que le sirven de cooperadores, se abarloa junto a ellos y entonces les pasan varias decenas de litros de combustible. De una lancha a otra empiezan a arrojarles las garrafas, las petacas. De unos 25 litros cada una. Con algo de prisa quizá pero tranquilos y con la luz todavía que da paso a la puesta de sol. Estas imágenes, que ofrece este periódico en exclusiva, son de este mismo sábado. 21.30 horas. Grabadas desde la orilla del Poblado de Sancti Petri, en Chiclana. No hay más realidad que la que se puede ver. Perfectamente. De hecho pocas veces se ha podido ver con tanta claridad.

La escena se desarrolla a pesar de que numerosas personas están disfrutando de la playa y también transitan a esa hora por la zona del Poblado. «Con total impunidad», lamenta un testigo. De hecho uno de ellos llega a saludar al ver a gente con móviles, a jactarse. En la pequeña lanchita, una recreativa de pocos metros, van cuatro. Son jóvenes. Bastante jóvenes. Descubiertos. En la neumática, de más de diez metros, van otros cuatros. Cuatro hombres que sí tapan o mediotapan sus rostros, con casco o con pasamontañas.

Se trata de un trasvase de gasolina. De la que necesitan las potentísimas narcolanchas que se encuentran fondeadas en alta mar (días e incluso semanas) a la espera de que se les dé el aviso de que pueden entrar hacia la costa para alijar los fardos de hachís que llevan encima. Según fuentes consultadas, este trasvase lo llegan a hacer en dos viajes. Ante la asombrosa mirada de quienes los contempla. Como los tripulantes de un barco pesquero que les pasa por detrás, o también, los ocupantes de otro velero que les adelanta. O todo aquel que está a la orilla. Es decir, a vista de todos.

Esta práctica, conocida como 'petaqueo' es habitual, diaria, en esta y otras zonas de la costa gaditana. Tanto por los esteros de Chiclana, San Fernando, como por el río Guadalquivir, Chipiona, Puerto Real, El Puerto... los narcos han encontrado así el apoyo logístico en personas que usan barcos de pesca o pequeñas lanchas para llevarles combustible, comida, ropa, o incluso a nueva tripulación o mecánicos que les arreglen los motores si han sufrido algún percance.

Y algunos de estos grupos de 'petaqueros' están formados por gente muy joven. Incluso por menores que se encargan de conseguir el combustible a cambio de dinero. Así evitan tener que acercarse ellos mismos a costa con las grandes 'gomas' y ser detectados, más aún desde que el Gobierno decretó la prohibición del uso de las propias narcolanchas.

Endurecimiento penal

De esta manera, la costa de Cádiz y la desembocadura del Guadalquivir son paso habitual de estas 'narcogasolineras'. Asociaciones y sindicatos policiales piden de manera reiterada que haya un endurecimiento penal de este nuevo 'modus operandi' para poder combatirlo. De momento esta práctica -a no ser que se pueda vincular directamente con el tráfico de drogas- se suele saldar con la intervención de lo que lleven y sanciones administrativas por el manejo o el traslado de mercancía peligrosa. Poco más. Además las fuerzas policiales siguen pidiendo más medios: helicópteros y lanchas, además de mejoras en aparatos tecnológicos, que permitan poder vigilar y controlar la expansión que ha tomado esta problemática por toda la costa de la provincia.

En un reciente encuentro del ministro del Interior con la Fiscalía General del Estado se admitía esta circunstancia como un hecho y, tal y como afirmaban en un comunicado posterior, abordaban la necesidad de buscar «nuevas respuestas policiales, legislativas y judiciales» a este uso ilícito de embarcaciones de recreo para abastecer de combustible, víveres y repuestos a las narcolanchas.

Por su parte, la Fiscalía Antidroga también ha llamado la atención sobre este 'modus operandi' que se ha incrementado y asentado y aboga también por el endurecimiento penal. Así lo refleja en su última Memoria: «Se constata la aparición de personas que colaboran con el acopio de este material a todas luces peligroso y su traslado, en garrafas hasta las naves, usando vehículos a motor en embarcaciones de menor porte que se acercan hasta las de alta velocidad para surtirlas en el mar donde se lleva a cabo el trasvase de las garrafas. Se han detectado naves en las que se guardan depósitos de gran capacidad en condiciones que suponen un grave riesgo para la seguridad».

La Fiscalía solicita tipificar la tenencia de gasolina como delito autónomo, cuando ésta supere ciertas cantidades y que se posibilite el decomiso de los instrumentos, vehículos o embarcaciones, con las que se cometen estos delitos, además del combustible.

En el mismo sentido se expresan desde los colectivos antidroga. «Llevar tantos litros de gasolina en una barquita no es precisamente casual y además están poniendo en peligro la vida de otras personas almacenando mercancía peligrosa de cualquier manera y transportándola. ¿Tiene que explotar un edificio para que se haga algo?», denuncia la Coordinadora Antidroga Alternativas.

«Hay que sacar una normativa primero penal, pero además hacer una importante labor pedagógica con las gasolineras para que lo controlen y no lo permitan. Yo no me puedo llevar 25 litros de gasolina en una garrafa sin un depósito o envases adecuados. Si hay quien participa de este juego también tendrán que ser sancionados».

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