La fórmula secreta

El FBI, ese organismo norteamericano que tan bien conocemos a través de las películas de Hollywood, ha detenido a tres personas que supuestamente iban a vender a la empresa Pepsi la fórmula secreta de la composición del bebedizo más universal de todos, la Coca-Cola. Al parecer, fueron los directivos de la compañía rival del emporio gaseoso rojo los que denunciaron la desleal maniobra que quería efectuar una de las empleadas a cambio, cómo no, de una desorbitada cantidad de dinero. ¿Qué ejemplo de competencia justa! Estoy tan sorprendida que casi no me lo puedo creer; dos sociedades que protagonizan campañas brutales una en contra de la otra haciendo uso del fair play.

Pero puestos a hablar de valiosas recetas preferiría que alguien me contara como cualquier mujer podría apañárselas para ser la mejor madre; la amante más sorprendente, complaciente y sensual; la trabajadora del mes; la amiga fantástica que siempre saca tiempo para ejercer de psicóloga amateur y escuchar los problemas de todos; la hija que cuida de unos padres que cada día se van haciendo más mayores y que quiere aprovechar al máximo el tiempo que pasa con sus progenitores porque sabe que el día que le falten, un pilar de su familia quedará dañado para siempre; la...

Les aseguro que esa fórmula y no la del refresco es la que me interesaría tener, sobre todo, para no sufrir nunca lo que veo que le ocurre a muchas espléndidas mujeres, que se sienten fracasadas e inútiles por no poder responder a todas esas exigencias. Tal vez deberíamos darnos cuenta de que la magia dejó de existir hace mucho tiempo.