Cartas

Hablar bien

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No me refiero a las palabras soeces y malsonantes que se repiten en los medios de comunicación social y que toda la vida se han considerado de mala educación. Se evitaban delante de los padres y de los hijos. Y si un niño las decía, se le corregía:

-No digas esa palabra que es muy fea. ¿Es que la buena educación ha dejado de ser un valor? Hoy quiero referirme al uso correcto del castellano. Algunos medios de comunicación social están deteriorando nuestro lenguaje.

En castellano, el plural de las palabras terminadas en i y en u tónicas se hace añadiendo es. (Cómo evitar errores de ortografía, IV, 10, 2º. Ed. Vecchi. Barcelona). El plural de rubí es rubíes y el plural de tabú es tabúes. Sin embargo, con frecuencia se oye en los medios de comunicación social decir iraquís, iranís, marroquís, israelís, etc. Otro error es hacer femeninas palabras en las que el femenino va en el artículo que precede. Se dice la estudiante, la testigo y no la estudianta, la testiga. Lo mismo que no se dice el dentisto, el artisto, ni el periodisto, cuando se refiere a un varón. También es frecuente una redundancia innecesaria. Es habitual oír todos y todas, españoles y españolas, alumnos y alumnas, etc. En castellano el masculino incluye el femenino. Si yo digo que un matrimonio tiene cinco hijos, incluyo también a las hijas. Si yo digo que somos ocho hermanos, incluyo también a mis hermanas, porque hermano varón sólo tengo uno. Ya se entiende que el masculino incluye el femenino. Alguien dijo jóvenes y jóvenas. ¿Ridículo! Otra incorrección es decir las gentes, pues los colectivos ya son plurales. Tampoco es correcto decir Lleida y Ourense hablando castellano. Lo mismo que decimos Turín y no Torino, y Londres y no London. En cada idioma se deben usar las palabras originarias, a no ser que no la tenga como página web.

Jorge Loring. Cádiz