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Israel bombardea Gaza, invade Ramala y detiene al ministro palestino Barguti

Mahmud Abbas califica de «crímenes contra la Humanidad» unos ataques que siembran el terror Olmert rechaza canjear prisioneros por el soldado

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Israel bombardeó ayer de manera sistemática cuatro de las principales infraestructuras que hay en la franja de Gaza en la operación militar de mayor envergadura que lleva a cabo en esa zona desde que evacuó los asentamientos judíos hace un año. Simultáneamente, y a partir de las tres de la madrugada, cazas F-16 sobrevolaron a baja altura toda la Franja sembrando el pánico entre la población. Estos vuelos provocaron temblores en las viviendas y explosiones de sonido. Las infraestructuras destruidas son: la única planta eléctrica que hay en Gaza y tres puentes situados en las principales arterias que conectan el norte con el sur. Además, la inutilización de la central eléctrica provocó el cese del bombeo de agua potable en las casas. El primer ministro israelí, Ehud Olmert, dijo en un primer momento que los ataques continuarán en los próximos días y que su Gobierno «no dudará en llevar a cabo una operación extrema» para liberar al soldado Guilad Shalit. Pero más tarde indicó que los bombardeos cesarían si las milicias que mantienen en su poder a Shalit lo liberan. Algunos aliados de Israel criticaron la magnitud del daño que se está ocasionando. EE UU manifestó que Israel tiene derecho a defenderse «pero no a castigar a la población». En unos términos similares se expresó la UE. Tanto Washington como Bruselas instaron a los milicianos a liberar al soldado.

«Canje de prisioneros»

Más contundente se mostró el presidente de la ANP, Mahmud Abbas (Abu Mazen), quien llegó a calificar de «crímenes contra la Humanidad» unos bombardeos sistemáticos que no van dirigidos contra los milicianos que tienen en su poder al soldado. Por primera vez de manera oficial, el Ejecutivo de Hamas hizo un llamamiento a Olmert para proceder a un «canje de prisioneros», aduciendo que la invasión no logrará la liberación del militar. La propuesta fue rechazada por Olmert.

Por su lado, el primer ministro Ismael Hanniya advirtió a Israel de que salga de Gaza cuanto antes si no quiere «complicar las cosas». Algunos interpretaron estas palabras como un aviso de que el conflicto puede adquirir dimensiones internacionales. El Ejército ha desplegado tanques y blindados en algunas zonas del sur de Gaza, cerca de Rafah y Jan Yunis, y ha ocupado el aeropuerto de Rafah, que no está operativo desde hace años y donde se han plantado algunos tanques. Ya entrada la noche, el Ejército ordenó a la población del norte de Gaza, de Beit Hanun y Beit Lahiya, que abandonara sus casas después de que los milicianos dispararan varios cohetes artesanales contra poblaciones israelíes situadas al otro lado de la valla.

Invasión de Ramala

Por otra parte, el Ejército israelí detuvo anoche al ministro palestino de Trabajo, Mohamed Barguti, cerca de Ramala, e invadió esta ciudad por varias direcciones, informaron testigos palestinos.

Barguti, del Gobierno de Hamás, fue detenido en la aldea de Birzeit, a las afueras de Ramala, y poco antes de que vehículos militares israelíes invadieran esta última ciudad.

Según fuentes palestinas, Barguti fue detenido en un puesto de control israelí cuando viajaba en un coche, mientras que otras fuentes informaron que se encontraba en una casa donde entró el Ejército israelí.

Mientras, alrededor de treinta vehículos del Ejército entraron en la localidad de Al Bire, al sur de Ramala, donde realizaron inspecciones en particular en un vehículo que consideraban sospechoso.