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Penélope, ¿qué cruz!

Matthew McConaughey ya no volverá a «vivir y respirar» por 'Pe': ambos anteponen su «apretada agenda» al amor

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Cuando alguien vive para trabajar, lo lógico es que, de ligar, ligue en el trabajo. Y lo lógico también es que, de separarse, lo haga a causa del estrés. Penélope Cruz decía en estas mismas páginas, allá por marzo, que su vicio es el trabajo duro. «Entre todas las personas que conozco -explicaba la actriz-, soy de las que más horas dedican a esto». Como resultado, Cruz ha conocido a sus últimos novios siempre en el set de rodaje. Y si ha tenido que romper con ellos ha sido justamente por no poder atenderlos, al dedicarse en cuerpo y alma a su profesión de actriz.

«Apretadas agendas». Ellas son, según el comunicado oficial que Pe y Matthew han enviado conjuntamente a la revista People, las culpables de que la pareja decidiera poner fin a su romance hace apenas un mes. «Es difícil mantener una relación cuando sólo ves a la otra persona cada seis semanas», dicen que ha comentado Penélope. Y, lógicamente, es difícil coincidir con esa persona cuando enlazas una película con otra y a causa de ello vives en un continente distinto al de tu novio.

Y viceversa; porque mientras nuestra actriz, recién premiada en Cannes por Volver, se encuentra en Alicante, inmersa en el rodaje de Manolete, McConaughey rueda en Estados Unidos We are marshall, un filme basado en un legendario entrenador de fútbol americano.

Claro que hay otras versiones no autorizadas de la ruptura. Está, por ejemplo, la que dice que Matthew no ha podido esperar esas seis semanas que le separaban de Penélope para desfogarse y ha cometido una infidelidad que ella no le ha perdonado. «Como buena Tauro, no olvido nada -decía Pe en la entrevista antes aludida-. Pero perdono muy bien. No soy nada rencorosa. Lo que pasa es que me gusta que la gente se enfrente a sus errores y que sepa reconocerlos. Si lo hacen, soy capaz de perdonar lo más fuerte. Pero con la gente que no quiere admitir un error no puedo».

Posibles fechorías

¿Acaso ha cometido Matthew alguna fechoría y luego ha tenido el cuajo de mantenella y no enmendalla? Pudiera ser. Pero también están los que apuntan como causa de ruptura una posible atracción fatal entre la actriz de Alcobendas y Adrien Brody, su actual compañero de reparto. Que Brody es un tirillas sin complejos da buena cuenta el espontáneo morreo que le propinó a Halle Berry en una gala de los Oscar, en la que fue premiado por su papel en El pianista.

Y que Penélope tiene una ligera tendencia a tomarse tan en serio su papel que acaba enamorándose en la realidad de sus amantes de ficción lo demuestran sus romances con Cruise, con quien trabajó en Vanilla sky, y McConaughey, su pareja en Sahara; así como sus presuntos escarceos con anteriores partenaires como Nicholas Cage y su famosa mandolina. Sin embargo, esta vez la mecha entre Cruz y Brody po-dría no haber llegado a prender por culpa de otra pistolera aún más rápida que Penélope: Elsa Pataky.

«Vivo y respiro Penélope. Sé que todo sería mucho mejor si estuviera con ella 24 horas. No logro dormir cuando voy a verla al día siguiente y tampoco cuando ella comparte mi cama». No ha pasado tanto tiempo desde que Matthew McConaughey, «el hombre más sexy del mundo», según una encuesta estadounidense, realizara estas declaraciones referentes a su entonces novia.

Quizá harto de que la vida fuera manifiestamente peor por no tenerla no sólo 24 horas al día, sino ni siquiera una vez al mes, el actor ha decidido romper para siempre. O tal vez ha sido ella.

Lo cierto es que la separación se fraguó durante la última visita de Matthew a España, hace un mes. Matthew, de 36 años, es el último de una lista encabezada por Nacho Cano y en la que figuran el jinete Gigi Sarasola, el cá-mara Thomas Overmeyer y el actor Tom Cruise.

Ninguna de las relaciones amorosas de Penélope ha superado los cinco años, lo cual tratándose de una joven de 32 recién cumplidos, tampoco es como para asustarse. La culpa de que la cosa no cuaje la tiene su santa ambición, su adicción al trabajo. En resumen: la maldita y apretada agenda. Si Lupe, su personaje en Manolete, tenía un sino, ella, Penélope, tiene esa cruz.