LUCHA. A pesar del resultado final, los jugadores de ambos equipos se esforzaron en todas las fases del partido. / EFE
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El Portuense mantiene el liderato

Los rojiblancos aprovecharon las facilidades del filial xerecista para lograr una lúcida victoria a dos partidos del final de la liga regular

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Pocas veces se ha vivido en El Cuvillo durante la temporada un intermedio de partido tan tranquilo, relajado y sosegado como el que ayer disfrutó la parroquia racinguista. El equipo de Burgueña acababa de enfilar la bocana de vestuarios entre aplausos por haber medio solventado el partido con un segundo gol en el tiempo de descuento. La presunción de una segunda parte sin complicaciones se reforzaba no solo por la actitud de los locales, sino además por la bisoñez y escaso control que estaban evidenciando los de Luna.

Hasta ese punto el partido se había movido en los parámetros de un Rácing ordenado atrás -el único fuerte verdadero del esquema de Burgueña-, con iniciativa en la medular y rápido arriba en las contras que iban surgiendo, frente a un Xerez B sin capacidad creadora de peligro, trabajador en el mediocampo y en defensa, pero atenazado -quizás- por la responsabilidad de que pudiera lograr en casa del líder una parte del pasaporte para la fase de ascenso. Más por la presión que por su incapacidad, el filial dejó de aplicarse en dos acciones muy concretas que le costaron el partido. A los 18 minutos, una estrategia ejecutada con nota olímpica de 9.855 permite el primer tanto. Masegosa bota una falta sobre la frontal, Vidal toca con precisión buscando la espalda de la zaga y Ocaña que había iniciado la carrera al tocar Masegosa tira casi sin ángulo. Fue necesario el concurso de Pulido para que con su toque entrara el balón, lo que evitó el 10.0 redondo a la nota de esta acción.

La segunda de las acciones fue al filo del receso. Un balón al costado derecho lo corre Caminero más de 30 metros para centrar atrás a Ocaña para que marque sobre la desesperada salida de Szendrei. Ocaña está en offside posicional en el pase a su compañero, no interviene pero saca ventaja en la carrera, lo que a la postre le faculta para marcar. El gol bien podría haber sido anulado, aunque la plástica de la jugada no lo merecía sin duda.

El Xerez B dejó jugar en todo momento. Tras el primer tanto, el Portuense pudo haber apretado algo más para decantar rápido el partido, pero dejó pasar la ocasión. Ya tras la reanudación, y con el mismo patrón que en los primeros 45 minutos, Vidal, Ocaña y Masegosa estuvieron con cercanía al tercero, que no llegó.