Economia

Zapatero recuerda al presidente de E.ON que la energía es un sector «estratégico»

El Ejecutivo mantiene que conviene a los intereses generales contar con grandes empresas de matriz española

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Sorprendido por la contraopa de E.ON, que amenaza seriamente la fusión por la que había apostado a fondo entre Gas Natural y Endesa, el Gobierno no ocultó ayer sus serios recelos ante la operación promovida por el grupo alemán. El Ejecutivo expresó su «respeto por las reglas del mercado», pero advirtió de que, en un sector «estratégico» como el de la energía, «conviene a los intereses generales» contar con grandes empresas «de matriz española», un requisito que no se cumpliría. Ese mensaje fue transmitido anoche por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero al máximo responsable del consorcio germano, Wulf H. Bernotat, con quien se entrevistó en La Moncloa.

Horas antes, el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, subrayó que, si sale adelante, la oferta lanzada por E.ON dejaría en manos alemanas una compañía nacional líder en una actividad de vital importancia para la economía. El portavoz de Moncloa apeló a la prudencia y a la conveniencia de estudiar con detalle las condiciones de la operación para no concretar qué pasos baraja el Gobierno en la defensa de esos «intereses generales».

Sin embargo, descartó casi por completo una utilización de la acción de oro -el derecho a veto que la Administración mantiene en empresas privatizadas-, que conserva en la eléctrica hasta junio del próximo año, a pesar de que algunas fuentes oficiales habían apuntado esa hipótesis horas antes como posible fórmula para abortar la contraopa.

Los «intereses generales» a los que se refirió Moraleda se pueden defender desde instancias públicas por distintos medios. Un Gobierno del PP restringió los derechos políticos de la portuguesa EDP, dueña de la mayor parte del capital de la asturiana Hidrocantábrico.

Reformas

En este caso, el Ejecutivo hará saber a E.ON que la operación puede no salirle tan rentable como ha calculado y va a poner en marcha de forma inmediata una serie de reformas para evitar las manipulaciones de precios que se están registrando en el mercado mayorista de la electricidad. Esas alteraciones reportan a las empresas sustanciosos ingresos en forma de compensaciones al déficit de tarifas. Los cambios serán aprobados en breve por el Consejo de Ministros y, según fuentes de Industria, pretenden impedir los desorbitados aumentos producidos, cuyas causas ya investiga la Comisión Nacional de la Energía (CNE).

Otra posible alternativa es promover una oferta competidora por parte de compañías españolas. Podría realizarla Gas Natural sola o en alianza con otras sociedades. Además, la oferta de E.ON tendrá que pasar el examen de la CNE, que podría ejercer su derecho de veto, o condicionar la operación, si considera que se ponen en riesgo la distribución eléctrica que garantiza el suministro a los clientes.

E.ON no mantuvo contactos previos con el Gobierno español para sondear sus posiciones antes del lanzamiento de la OPA. De hecho, el jefe del Ejecutivo tuvo la primera noticia de la operación en la noche del lunes, por una llamada directa de la presidenta alemana, Angela Merkel, que le dio a conocer las intenciones de la compañía germana. Zapatero respondió a esta comunicación con el mensaje de que las autoridades españolas analizarán cuidadosamente todos los aspectos y consecuencias de una eventual adquisición.

Por su parte, el PP culpó de esa contraopa al Gobierno, que ha actuado con «improvisación» y como un «aprendiz de brujo» que ha abierto la «caja de Pandora», según su presidente, Mariano Rajoy. El resultado es que «una empresa alemana ha presentado una oferta muy importante» y se puede hacer con el control de Endesa.

El jefe de la oposición aseguró que el criterio de su partido es estar «siempre al lado» de los consumidores, de la defensa de la competencia y de que bajen los precios de la electricidad, la luz y el gas. Con el PP en el poder, en esos casos -defendió- «siempre primó el interés de las personas», mientras que los socialistas «han politizado una operación empresarial».