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El Madrid responde en la lucha y acorta distancias con la zona alta

Robinho, con un gol y una asistencia, hunde aún más al Athletic y deja a los blancos a siete puntos del Barcelona

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El Real Madrid respondió a la lucha que le planteó el Athletic y al igual que ocurrió hace un mes en la Copa, salió triunfante del temible San Mamés, un campo donde no ganaba en la Liga desde hace siete años. El Athletic tuvo otra vez como verdugo a Robinho, autor del tempranero gol y de la asistencia a Raúl Bravo en el tiempo añadido. El duelo fue muy incómodo para el Madrid, que se tuvo que entregar físicamente y obtuvo así una trabajada victoria que hunde aún más al limitado y ansioso Athletic y deja a los blancos a siete puntos del Barça a la espera del partido del líder en Mestalla. Tras el desastre copero de La Romareda, el Madrid aguantó ante un Athletic muy necesitado de forma notable en defensa y no renunció nunca a la batalla, aunque no brilló en ataque. Ante un rival en descenso tuvo que cambiar la clase por el trabajo y el oficio.

En la segunda mitad el Madrid casi desapareció del medio campo hacia delante, pero el resultado del descanso se quedó corto. El Madrid había perdonado, cuando podía haber dejado entonces casi resuelto el bronco e intenso duelo, muy escaso de fútbol pero lleno de emoción y alternativas en su primera parte. Aunque los blancos se adelantaron pronto gracias a un genial pase en profundidad de Zidane y una perfecta definición de Robinho, después permitieron demasiada llegada un Athletic que le puso muchísima agresividad y creó problemas a Casillas. Aunque los que realmente pasaron dificultades ante las contras del Madrid, protagonizadas casi siempre por Ronaldo y Robinho, fueron los defensores locales, con una defensa de cuatro, no de cinco. La nerviosa y descolocada zaga local siempre estuvo en inferioridad y si no llega a ser por Lafuente el Athletic podía haber quedado sentenciado en el primer tiempo.

El precipitado y atropellado Athletic, en vistas de que por juego no podía dar más de sí, llevó el partido al terreno de la brega y el entusiasmo, con un juego directo en la primera mitad del que no sacó partido por su falta de puntería. Casillas también tuvo que intervenir con dos rechaces consecutivos a disparos de media distancia, pero los blancos, aun sin la posesión de balón y sin el lesionado Pablo García -tras una entrada de Urzaiz-, consiguieron frenar el ímpetu local. Y además, siempre metieron miedo a la contra ante sólo uno o dos defensores. Robinho acertó en una de las tres que tuvo y Ronaldo fue calentándose, aunque al filo del descanso se estrelló contra Lafuente. La victoria parcial del Madrid era justa, pero no tenía el partido controlado.

Los blancos, incómodos

El Madrid no podía estar cómodo ante la presión que ejercían los bilbaínos, que le obligaba a soltar rápidamente la pelota sin ninguna precisión. Así, hubo que esperar al minuto 79 para que el Madrid tuviese la primera ocasión de su equipo en la segunda parte, de Cicinho, que no acertó ante Lafuente. La batalla continuó y después tendría que retirarse en camilla Guti, que fue duda poco antes del partido al doblarse el tobillo en el calentamiento.