Sanidad avisa de más limitaciones al tabaco si no aumentan los bares libres de humo

Sólo un mes después de la entrada en vigor de la ley antitabaco, el Ministerio de Sanidad ya ha detectado fallos en su aplicación que podrían limitar su eficacia y afectar al objetivo declarado de su titular, Elena Salgado, de liberar de humo la inmensa mayoría de los recintos y espacios de uso público.

Mientras los centros laborales de toda España han desterrado el tabaco por completo, la hostelería ha aprovechado la permisividad de la ley en este ámbito para acoger con generosidad mercantil a los fumadores. Tanta que, en torno al 90% de los locales de menos de cien metros cuadrados -obligados por ley a escoger entre permitir fumar o no-, han optado por declararse establecimiento fumador. Visto lo cual, Salgado lanzó ayer un aviso a navegantes. «Si en un plazo razonable de un año» la mayoría de los bares pequeños siguen en esa tesitura, «actuaremos», afirmó. Se supone que para aplicar más mano dura y emular a otros países prohibicionistas -Italia, Irlanda, Noruega...- que vetaron el tabaco en todo el sector hostelero.

No obstante, la titular de Sanidad quiso, más tarde, especificar en qué consistirían esas actuaciones y aseguró que no se reflejarían en prohibiciones, sino que se centrarían en medidas que incentiven los locales sin humo.

Al final del año, explicó, Sanidad «hará una evaluación» sobre los locales de restauración de menos de cien metros cuadrados, que son a los que la ley permite decidir si se puede o no fumar en los mismos. Dependiendo de los resultados de esta evaluación, añadió, se estudiará si es necesario tomar medidas adicionales

Dado que más del 70% de los españoles no fuma, la ministra y su equipo contaban con que la mayoría de los bares y restaurantes más pequeños elegirían ser espacios sin humo. No ha sido así, admitió Salgado, y el espíritu de la ley está calando «de forma más lenta» en los locales de ocio y restauración que en el mundo laboral.

Protestas

Entrevistada por Antena 3, la titular de Sanidad salió al paso de las protestas de algunos sectores afectados por la ley antitabaco como los quiosqueros de prensa, y recordó que sólo una minoría, 512 quioscos, estaban autorizados a vender tabaco antes de la aplicación de la ley. Los demás lo hacían de forma ilegal y, «además, los quioscos no están para vender tabaco», zanjó.

Sobre la guerra de precios abierta por las tabaqueras Altadis y Philip Morris para mantener la clientela fumadora, se mostró convencida de que contará con el apoyo del Ministerio de Economía y Hacienda en forma de mayor presión fiscal sobre el tabaco para «poner freno» a una situación que repercute además en los países limítrofes. España «es el estanco de Europa» por los bajos precios del tabaco, lo que perjudica las estrategias de lucha contra el tabaquismo en Francia o en Portugal.

Pese a todo, Salgado defendió las bondades de la ley antitabaco y sus incipientes efectos positivos sobre la salud pública. Según las estimaciones de varias sociedades médicas, en torno a un millón de españoles están intentando dejar de fumar desde principios de enero. Una cifra -dijo- «que excede nuestras expectativas».

La ministra no quiso aventurar si habrá en un futuro cercano otra ley restrictiva de la venta y el consumo de alcohol, pero está entre sus principales inquietudes. «Nos preocupa, y mucho, sobre todo entre los más jóvenes», apuntó. Hoy ya está prohibido vender alcohol a los menores de 18 años, pero -añadió- «hay que ir más allá y no debemos convertirlo sólo en un problema de orden público» ligado al botellón. Es necesaria «la cooperación con las autoridades educativas y las familias» para corregir lo que considera una deriva peligrosa en las pautas de ocio de los jóvenes españoles, que están entre los más precoces bebedores de Europa.