Cádiz C.F.

Preocupación en la plantilla por el estado del césped de Carranza

Varios jugadores se han quejado del aspecto del terreno de juego, y creen que les ha perjudicado en jugadas puntuales como el penalti de Armando El mal drenaje del campo no ha soportado la lluvia y el frío «aunque no debe ser una excusa», advierte Oli

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Hay un detalle que últimamente está trayendo de cabeza a la plantilla del Cádiz. El césped de Carranza se encuentra en mal estado y ya está afectando, para mal, al desarrollo del juego cadista. El otro día, Armando resbalaba justo cuando quería rectificar una mala salida y desgraciadamente derribaba al racinguista Matabuena dentro del área. De pena, de penalti.

También Raúl López estuvo a punto de perder la verticalidad en el momento en que corría por la banda de preferencia para celebrar el tanto. Y con ello multitud de situaciones en las que los jugadores se esforzaban para mantenerse en pie.

Para combatir esta situación, Espárrago ha decidido no pisar el estadio en los entrenamientos y saltar al tapete sólo en los días de partido (esta semana se trabaja enteramente en El Rosal). Quince días de descanso para intentar estropearlo lo menos posible.

El veterano Oli fue ayer bastante explícito al analizar la situación. No quiere echar más leña al fuego pero lamenta el estado del terreno de juego. «Es lo que hay. Viene de largo, es un problema de que el drenaje no es el mejor». Comenta que «es un problema que viene de largo, de hace bastantes años. Pero no debe ser una excusa para nosotros, debemos seguir adelante».

Un campo muy pequeño

Para Oli el problema no es sólo que el balón bote mal, el césped presente calvas y los futbolistas se resbalen. También está la cuestión «de los nuevos tepes que están en fondo sur, que no han arraigado todavía bien. Eso impide que el campo sea más grande y más ancho». Así el Cádiz, que suele llevar la iniciativa en casa, pierde espacios por los que atacar a la defensa rival. «Es un problema, ojalá fuera una alfombra como el Pizjuán, Anoeta o Riazor».

Por último, el asturiano lamenta que «por mucho que llueva, la parte de abajo siempre está seca. La hierba no es tupida, es débil, eso se ve abajo en el césped, y por eso hay sitios que están bien y otros más pesados. Pero con este campo ascendimos a Primera».

Raúl López también señalaba el otro día que «el césped nunca está bien pero ahora está regular, regular. El balón da muchos botes extraños y no se controla bien, y eso nos perjudica. Ojalá estuviera como el del Rosal». Bezares se lo toma con resignación, «pues hay campos mejores y peores. Es lo que tenemos y hay que adaptarnos, pero ya hemos hecho buenos partidos en este campo». De opinión parecida es Benjamín, que ha visto «campos peores. Si está mal, está mal para los dos equipos. Para mí es peor el levante».

Luego están los futbolistas que prefieren no mojarse por miedo a hablar más de la cuenta. Armando comentaba que «no quiero dar mi opinión porque nosotros estamos obligados a estar al margen», reconocía el meta. Al igual que Alejandro Varela, que opta por pasar palabra. «Mi opinión en este tema no vale». Lo cierto es que el césped está en mal estado, como todos los inviernos, y sigue perjudicando a la marcha del equipo amarillo.