Cádiz C.F.

No es lógico

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En el fútbol, como en otras cosas de la vida, ocurren a veces incongruencias difíciles de entender. Así califico yo, incongruente, lo que ocurre con el tema de Marc Bertrán. Ya he dicho varias veces en radio que no comprendo como se trae un refuerzo en verano y luego no aparece en ninguna convocatoria. Nada más que en Copa y en Liga frente a la Real. A todo esto, a Velázquez lo ceden al Lorca ante las pocas oportunidades que iba a tener con la presencia de Varela y del mencionado Bertrán. He preguntado hasta la saciedad, si se puede calificar de error el traer un futbolista en verano como refuerzo y cederlo en invierno. En caso afirmativo de quién es el error. Hasta la fecha no he encontrado respuesta. El éxito tiene muchos padres y el fracaso ninguno. Pero soy de los que piensa que el error tiene su parte positiva. No volver a caer en él.

Pero hete aquí, que la rocambolesca situación no acaba aquí. Ante la ausencia de minutos del catalán se piensa en cederlo. Para no tenerlo en la grada hay que cederlo. Hasta ahí todo correcto. ¿Pero (lógicamente tenía que haber un pero, ya está aquí) de los 22 equipos de Segunda no había otro que no fuera el Lorca? Se dice que se quiere ser humano desde el club y se piensa en el futbolista para que no este en la grada. Pero eso no me vale, no me vale por la sencilla razón que allí tenemos otro futbolista en calidad de cedido y además en el mismo puesto. Así que uno de los dos tendrá que estar en la grada. Por lo que la ventaja principal de ceder a Marc Bertrán queda automáticamente eliminada. Porque o es uno o es el otro el que se queda en la grada. Conclusión, se quiere ser humano y pensar en el futbolista, y al final uno de los dos se quedará en la grada.

Y pensando también en el Cádiz, situación contraproducente para el club de cara a repescar a uno de los dos. ¿Por qué a quién recuperamos al final de temporada? ¿Al que no se quede en la grada en el Lorca? Es decir, nuestros jugadores en mano de los técnicos del equipo lorquiano. Salvo, que no se quiera recuperar a ninguno de los dos, entonces ya me callo. Y punto.