Cultura

La Embajada británica dice que los hallazgos se compartirán con la empresa

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La Embajada del Reino Unido en España explicó ayer que tras la fase de exploración del Sussex, se podrían sacar restos del buque inglés hundido en 1694, si se localiza alguna pieza de interés arqueológico. Estos vestigios, que son de propiedad británica, se repartirían con Odyssey Marine Exploration por un convenio firmado entre el Ministerio Británico de Defensa y la compañía norteamericana.

Este acuerdo establece una colaboración en la investigación y exploración de buques hundidos de la armada inglesa, según informaron de la institución diplomática. El objetivo británico es «conocer mejor la historia de nuestra armada y asegurarnos de que este sitio, lleno de patrimonio histórico inglés, se estudia con las máximas garantías de seguridad», según estas fuentes.

Desde la Embajada, explicaron que no saben «exactamente qué hay en el Sussex, y por eso apoyamos la exploración», impulsada por la iniciativa privada. «El objetivo final no es sacar el navío, al menos en la primera fase, dedicada a la investigación», aseveraron las fuentes.

Tras los trabajos actuales, en una segunda fase está previsto que, cuando se haya analizado el contenido del buque, «quizá se saque alguna pieza, pero ahora mismo la empresa no está extrayendo nada», según las fuentes.

En el caso de que se encontraran restos de interés, según recoge el acuerdo con Defensa, el Odyssey lo sacaría del fondo marino. Estos vestigios pertenecerán a Gran Bretaña, aunque el convenio establece que «vamos a compartir lo que se encuentre con la empresa», según afirmaron desde la delegación inglesa, que garantizó que todavía «no se ha llevado ninguna pieza a Gran Bretaña».

Operación vigilada

Acerca de si la actuación del buque cazatesoros es correcta, las fuentes británicas explicaron que «hay un organismo independiente contratado, denominado Wessex, que es un grupo profesional de arqueología que vigila las operaciones de este tipo».

Con respecto al desencuentro de la empresa con la Junta, la Embajada dijo que como son «una administración diplomática», hablan con el Ministerio de Asuntos Exteriores, que les dijo «que quería un experto español en el barco». A juicio de las fuentes hay una diferencia entre las opiniones del gobierno andaluz y el nacional, que autorizó la presencia del buque.