ANDALUCÍA

El hombre que mató al conductor que atropelló a su hija pensó que era de un clan rival

Su arrepentimiento y entrega voluntaria podrían servirle de atenuante en el juicio y reducirle la condena en al menos dos años de cárcel, según expertos Ricardo Suárez ha pasado 12 días huido en Portugal durmiendo en la calle

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Estaba «tranquilo y muy arrepentido por lo que ha sucedido», según dijo su abogado. Ricardo Suárez, el hombre que acribilló a un conductor que acababa de atropellar levemente a su hija en Sevilla se entregó la noche del pasado viernes a la policía de España en la frontera de Ayamonte tras pasar 12 días huido en Portugal. Asegura que disparó porque pensaba que el conductor, Gaspar García, de 64 años, era un miembro de un clan rival que iba a por ellos y que había matado a su hija.

El abogado del detenido, Francisco Javier del Rey, explicó que Ricardo vio a su hija de siete años en el suelo y, convencido de que era una venganza o un ajuste de cuentas tras un tiroteo anterior ocurrido en diciembre en el asentamiento chabolista en el que residían -que motivó que la familia estuviera refugiada en el albergue frente al que ocurrieron los hechos- cogió una pistola y disparó siete balas, recargando el arma a continuación para volver a disparar en otras cuatro ocasiones. Tras esto, huyó del lugar y se deshizo del arma.

La policía nacional, que detuvo a varios miembros de la familia -dos tíos de la menor y la madre, que continúa en prisión provisional acusada de interponerse ante la puerta del coche para impedir a la víctima salir de su vehículo- intensificó la búsqueda del presunto homicida.

Del Rey explicó que el pasado jueves el agresor se puso en contacto telefónico con él para interesarse por la situación de su esposa y «aproveché para convencerle de que se entregara» porque esa situación podría beneficiarle en el proceso judicial. El presunto asesino le contó a su defensor que se encontraba en Ovar, una aldea cercana a Oporto (Portugal), a donde había huido «andando y haciendo autostop, durmiendo en la calle hasta que fue recogido por unos familiares lejanos suyos», aunque el letrado no especificó si Ricardo contó a esta familia los motivos de su fuga.

El hombre, que se enteró de que estaba siendo buscado «por la televisión» y que «en ningún momento se sintió cercado», decidió entregarse bajo condición de que fuera en compañía de su letrado.

Del Rey negoció las condiciones de la entrega con la policía, que le tenía localizado en el país vecino a través de una llamada que Ricardo había realizado a un familiar en Sevilla. De hecho, el delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José Garzón, matizó que el agresor estaba «perfectamente localizado desde hacía tres días y que la detención se habría producido en cuestión de horas o como máximo un día, ya que había pruebas sólidas y documentadas». Dado que había que cursar una orden internacional de detención a las autoridades policiales lusas, para agilizar el proceso se optó por la entrega.

Exclusiva

Así, el abogado acudió a Oporto a recoger a Ricardo el viernes por la mañana, acompañado de dos pasantes de su despacho y un periodista de una cadena de televisión nacional, hermano de uno de los pasantes y que consiguió hablar con el detenido de forma exclusiva. «Recurrí a él como garantía y de forma gratuita, no se ha pagado nada por la entrevista», apostilló. El agresor se entregó y poco después viajaba esposado a Sevilla, donde prestó declaración en la policía, aunque mañana lunes lo hará ante el juez.

El letrado explicó que el detenido se mostró muy tranquilo y «absolutamente arrepentido de lo sucedido, pidiendo disculpas a familiares y amigos de la víctima», al tiempo que no descartó que realice una disculpa pública «en cuanto tenga ocasión». Este arrepentimiento, unido a la entrega voluntaria, podrían actuar de atenuantes en el posterior proceso judicial, reduciendo su condena en al menos dos años de cárcel, según fuentes judiciales. Del Rey agregó que su cliente confesó que «se confundió de persona» y que ha asumido en solitario todo lo sucedido.