ESPAÑA

Una mujer da a luz en pleno atasco de la M-30 atendida por sanitarios del Samur

El alumbramiento de Tania tuvo lugar en la ambulancia, a apenas 30 metros del hospital

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Su primer llanto lo dio en plena M-30. No, no estaba horrorizada por la selva de grúas y las impertinentes zanjas. Acababa de llegar al mundo, y ya había vivido la mayor anécdota de su vida. Sus padres también lloraban: la alegría y el miedo que aún tenían metidos eran los culpables.

Israel Blázquez, el padre de la criatura, aún no se cree lo ocurrido: eran las siete de la mañana de ayer cuando su mujer, Olga Serrano, de 30 años, comenzó a sentirse indispuesta. Llevaba 39 semanas de gestación, pero rompió aguas justo al alba. No se lo esperaban.

«Cogí a mi mujer y a mi hijo y los subí al coche inmediatamente», recordaba ayer Israel. Salieron de Vicálvaro para tomar la M-40. Hasta entonces, el tráfico era normal; sin embargo, al entrar en la M-30, llegar a tiempo al Clínico, casi en la otra punta de la ciudad, se convirtió en algo imposible.

Un parto rápido

La casualidad, la suerte o como se le quiera llamar hizo que, cinco minutos después, una UVI del Samur que terminaba su jornada de trabajo pasara por el lugar. Israel no se lo pensó dos veces y les alertó de lo que estaba ocurriendo. Los sanitarios subieron enseguida a la ambulancia a toda la familia, y se encaminaron al cercano Hospital Doce de Octubre. «Lo único que no quería era parir en el coche, porque me daba verdero miedo que algo le pudiera ocurrir a la niña», relataba Olga. Por fin pudieron abandonar la M-30. Pero el tiempo seguía jugando en su contra. Por ello, el parto les «sorprendió» a 30 metros del centro sanitario.

«Fue un parto muy veloz; no hubo problemas con el cordón umbilical y la niña estaba bien colocada», afirmaba el emocionado padre. Madre e hija fueron estabilizadas por los facultativos, quienes luego las trasladaron en perfectas condiciones al hospital. La niña se llama Tania, un nombre que ya tenían pensado antes de que el parto fuera tan singular.

«La pequeña pesó 2,710 kilos y mide 47 centímetros», indicó la propia Olga. Como compañero de juegos tendrá a Daniel, el primer hijo de la familia, que, a sus dos años ha vivido muy de cerca el nacimiento de su hermana.