Artículos

Quintero

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

TVE 1 ha estrenado el programa de Jesús Quintero, una de esas novedosas aportaciones que la televisión pública nos propone para tratar de encontrar sentido a su existencia. En realidad, lo que hemos visto en pantalla no es propiamente un estreno, sino más bien eso que se llama una premiére, un espectáculo inaugural con puesta de largo y traje de gala.

Hay que tener eso en cuenta a la hora de valorar este debut, que quizá no sea representativo de lo que vamos a ver a partir de la próxima semana. Porque el primer protagonista del programa, aparte del propio entrevistador, no ha sido ninguno de los quinterianos freaks, sino una artista de fuste: Rocío Jurado. La elección es afortunada. Rocío ya no es sólo una celebérrima cantante, sino que ahora, tras su enfermedad, se ha convertido en un testimonio de interés general.

Esto último es muy importante, porque, cuando un personaje público pasa por un trago como el que Rocío está pasando, tiene dos opciones: o bien desaparecer de la escena o bien permanecer a la vista de todo el mundo y adornar al personaje con las ropas de su nueva condición. Rocío ha escogido la segunda, y así el personaje se ha agigantado, porque sus cuitas son un ejemplo de lo que nos puede pasar a cualquiera.

El hecho es que abrir un programa con Rocío Jurado tiene ese valor suplementario: el juicio se inclina del lado de Rocío antes que del lado del programa en sí. En cuanto a éste, sólo un apunte: habrá que ver hasta dónde aguanta el público una puesta en escena tan personal. Estas cosas que hace Quintero dependen tanto del propio conductor que la mayor o menor simpatía hacia el personaje determina el éxito o el fracaso del programa. Un ejemplo: Quintero mira profundo a Rocío y le dice «¿Qué difícil es encontrar la humildad, ¿eh?». Un lance así puede ocasionar en el espectador filosóficos suspiros o un incontenible ataque de risa al ver al divo dirigirse en tales términos a la diva. Son los inconvenientes de un programa de autor. Aunque sea un autor servicio público.