ESPAÑA

Maragall acusa a CiU de bloquear el pacto en su propio beneficio

Denuncia que mantienen una postura «intransigente» para obtener rédito electoral de un hipotético fracaso

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Pasqual Maragall aseguró el martes que el acuerdo sobre el Estatuto se retrasa porque CiU está poniendo palos en las ruedas de la negociación. En la reunión en Moncloa de los líderes territoriales del PSOE, sólo el primer secretario del PSC, José Montilla, arropó al jefe del Ejecutivo catalán.

Al tomar la palabra para explicar el estado de las conversaciones, el presidente de la Generalitat alabó a ERC e ICV, a la vez que criticó la «intransigente» postura de CiU, según fuentes socialistas. Maragall cree que los nacionalistas catalanes están calculando los réditos electorales que podrían obtener del fracaso del Estatuto y aseguró que su actitud «complica» que los contactos avancen.

«Pintarlo todo mal»

Mientras, en Madrid, el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Puigcercós, coincidió en criticar a los nacionalistas y acusó a su presidente, Artur Mas, y a su secretario general, Josep Antoni Duran Lleida de «pintarlo todo muy mal» para luego aparecer como los grandes salvadores del proceso. Puigcercós advirtió, sin embargo, de que el PSC favorece esta táctica por la situación en la que se encuentran dirigentes como Montilla, obligados a defender el texto pactado en el Cataluña y la posición del Gobierno al tiempo.

El político independentista -que celebró ayer una reunión con el portavoz del grupo socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba; el secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ángel Fernández Ordóñez y el de Relaciones con las Cortes, Francisco Caamaño- aseguró que la negociación marcha. A pesar de admitir que aún no se ha avanzado sobre financiación, consideró «positivo» que los socialistas se hayan comprometido a estudiar una serie de propuestas planteadas por su formación para cubrir el déficit «histórico» de Cataluña. Los republicanos sugieren que «durante un período» las inversiones del Estado en esta Comunidad sean gestionadas por la Generalitat, que recibiría una «transferencia directa de capital» desde la Administración central.

El Ejecutivo se mantiene firme, en cualquier caso, en rechazar la existencia de una agencia tributaria única en Cataluña. Su oferta pasa por mantener espacios fiscales diferenciados y por ofrecer una mayor participación en los impuestos a las comunidades: hasta un 50% del IRPF y algo similar en el del tabaco o el alcohol. Lo que ya es un avance, según Rubalcaba, es que nadie discute ya sobre la titularidad de esos impuestos.