VUELTA DE HOJA

Unos 3.000, más o menos

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El próximo día 10, coincidiendo con la vuelta de las vacaciones y con uno de mis últimos cumpleaños, el Ministerio del Interior se dispone a poner en marcha un plan de vigilancia en las cercanías de los colegios donde antes duraban poco los caramelos y ahora lo que dura nada es la heroína y la cocaína.

Los muchachos, como todavía no pueden practicar el desaforado consumismo de los mayores, se dedican afanosamente a consumir estupefacientes.

El llamado Plan Estratégico de Respuesta Policial lo primero que tenía que preguntarse es de dónde sacan el dinero los escolares para adquirir las drogas. No son ni buenas, ni bonitas, ni baratas, pero se venden al menudeo. Las mafias las hacen asequibles para garantizarse la clientela del futuro. No cabe duda de que es una buena inversión. Los párvulos de hoy serán hombres mañana o más bien guiñapos humanos el día de mañana. Quizá puedan desengancharse del tabaco, que como todo el mundo sabe es mucho más dañino que la cocaína y la heroína y además echa humo, pero les será muy dificultoso abandonar sus drogas favoritas.

Unos 3.000 policías, más o menos, más bien más porque Interior va a movilizar a 3.124, vigilarán los alrededores de los colegios públicos y privados de toda España en los que se sospeche que puede haber riesgo de tráfico minorista, eso que llaman menudeo. También había menudeo en tiempos remotos, pero lo que se les ofrecía a los adolescentes de entonces eran altramuces boquiabiertos, pipas de girasol, chufas arrugadísimas, regaliz reconcentrado y esos trocitos de paloduz que eran como ramas del árbol del estropajo.

Golosinas de los niños de la guerra y de su larga cola. Chucherías para quienes nos quisimos quedar a ver qué pasaba en la vida, en vez convocar la muerte.