opinión

Adiós al verano

El Tiempo lo anuncia. Adiós a las tardes largas, a los paseos sin mirar el reloj, a las quedadas sin fin, a las fotos en la playa y a los kilómetros en carretera para ver a la familia

El Tiempo lo anuncia. El verano se va. Adiós a las tardes largas, a los paseos sin mirar el reloj, a las quedadas sin fin, a las fotos en la playa y a los kilómetros en carretera para ver a la familia. Los desayunos sin ... prisa quedan restringidos al fin de semana, y las conversaciones sin móvil y las lecturas ligeras encuentran su sitio en el cambio de armario.

Caminar descalzo por casa. Quedarse en la calle un poco más porque el aire está templado y la charla acompaña. Descubrir una canción y asociarla a un paseo, a un lugar. Saludar a vecinos que, por una vez, no corren. Mirarse con otra luz. Verse con otro color. Nada extraordinario, pero lo suficiente para echarlo de menos.

Las ciudades, además, en verano bajan el volumen. Las persianas filtran el sol, los balcones se convierten en salas de estar. Si estuviéramos en el norte, sabría que las plazas recuperan su protagonismo: sombra, bancos, niños que juegan, mayores que los miran. El buen humor no es impostado; es el reflejo de lo a gusto que se está.

Sin embargo, cuando aparece septiembre, cambia el ánimo: se nota un poco de pena yganas de poner orden. Anochece antes, vuelven los horarios y las agendas. Apetece una chaqueta ligera, cocinar algo caliente, despejar la mesa de trabajo y regresar a la rutina. Duele despedirse de la época estival, sí, pero si no terminara, no sabríamos apreciarla realmente.

Aunque, para ser sincera, lo que más me gusta de estos días, ya no se siente el verano pero tampoco es otoño aún, es la permisividad que me concedo en la transición: despedir lo que toca y guardar lo que merece la pena. Quedar alguna tarde aunque sea martes. Leer un rato sin pantallas de fondo. Decir que sí a una reunión con amigos aunque no sea fiesta. Para mí, esa es la nostalgia más dulce: la que me recuerda lo bueno para aplicarlo también cuando el calor nos diga, por fin, adiós.

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