OPINIÓN

Tarjeta roja

Vivimos un mundo donde los esperpénticos liderazgos sobreviven a su encanto, a base de cometer locuras diarias y las contrarias al siguiente

Dice un dicho anónimo: «Lo ideal sería tener el corazón en el cráneo y el cerebro en el pecho. Así pensaríamos con amor y amaríamos con inteligencia». No sabemos quién lo dijo, pero tal como van los tiempos, tiene más razón que una santa.

Tuvimos ... una grata sensación cuando vimos que más del 70% del salón de la Asamblea General de la ONU, quedaba vacío por no escuchar a uno de los mayores desalmados que la historia se encargará de poner en su sitio, tarde o temprano. No digamos su nombre, porque en hebreo que signifique el «Regalo de Dios», nos descompone más por los desastres que ocasiona al no respetar los territorios. Como el de Rusia. No sé dónde llegaremos con los insufribles escenarios de guerras, sean Sudan, Siria, Congo, Burkina Faso, Gaza, Ucrania, etc. Parece que el descaste pasa por el luctuoso camino del exterminio entre hermanos.

Las guerras cercanas, como Ucrania o Palestina, siguen situando el interés mundial en cruentísimas dislocaciones, cuyos finales debieran haberse producido ya. Vivimos un mundo donde los esperpénticos liderazgos sobreviven a su encanto, a base de cometer locuras diarias y las contrarias al siguiente. Las estrategias de los intereses cruzados impiden las soluciones. Siguen los fatuos protagonismos a premios Nobel, saliendo al patio de recreo mundial a tratar de quitarle el balón al primero que intente ponerlo en suelo. Es nuestro juego global, donde, por ahora, ganan los malvados y violentos. Algunos pensamos que tarde o temprano el árbitro que vigila el partido, tocará el timbre para que todos volvamos al orden y se termine este griterío. Es tan insoportable lo que ocurre, que solo nos calma pensar que se rendirán juzgados por genocidas.

Lo ocurrido en la ONU, es como una tímida tarjetita roja, de una institución creada para la convivencia pacífica, capada desde su fundación. Algunos esperábamos ver más cascos azules en las fronteras de Gaza o en el Dombás, hace mucho tiempo. Quizás, para eso, a los que hay que expulsar del equipo para ser más libres, son los que vetan los acuerdos. Y del plan presentado, eso… impresentable. Salud.

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