OPINIÓN
Reflexiones sobre el relato
Las aguas son tercas. Van por los mismos cauces que siempre han ido, por muy secos que estén desde hace años
Según el juez instructor, García Ortiz entró en un «frenético intercambio de comunicaciones» con otros fiscales para «ganar el relato». Ésta es la cuestión. ¿Qué es eso de ganar el relato?
Les cuento esto porque lo del relato se nos ha volcado encima. como un ... mantra que se autoalimenta por su repetición para conseguir desde el principio una verdad que prevalezca sobre cualquier otra visión. Que la sociedad la asuma. Que su asesorada insistencia marque la imagen final.
Me entristece tener que tirar de una tremenda tragedia acaecida en el Levante que sorprendió a nuestros compatriotas y que a todos nos tiene hecho un nudo en la garganta, pero es que, desde el principio, ese doloroso acontecimiento marcó como relato la DANA y no la riada, siendo una de origen exclusivamente natural y, la otra, objeto de atención de una eficaz y prudente política hidráulica, urbanística o de ordenación del territorio. ¿Por qué ha ganado el relato de la DANA y no el de la riada?
Siento dolor por la tristísima pérdida de tantas vidas humanas y pido disculpas a los valencianos por recordar tan aciagas fechas a la hora de tratar de hablar con ustedes sobre ganar el relato. Uno mis sentimientos a ese sufrir duradero que embargará durante años a tantísimas familias que han perdido en un trágico instante a sus seres queridos, sus casas o sus medios de vida. O por esos pueblos arrasados. Lo siento muy dentro de mí ya que mi esencia familiar, mis raíces, vienen de allí, de Chiva, donde nació y se crio mi abuelo hasta que el destino le trajo a Cádiz y aquí formó familia.
Durante algunos años participé en la atención de las aguas y nunca se me ha olvidado el intuitivo comentario de un veterano Ingeniero que, hablando de riadas y avenidas, me dijo un día: «el río es como un toro bravo que pasa su vida, prácticamente, pastando manso en el campo, pero un día, inesperadamente, se puede revolver, ir a por ti y hasta matarte».
Las aguas son tercas. Van por los mismos cauces que siempre han ido, por muy secos que estén desde hace años. Buscan sus ríos, arroyos, rieras, torrenteras o ramblas. Y cuando se ha permitido construir en esos cauces, cuando su mantenimiento, su limpieza o su regulación no se han atendido, las aguas volverán tozudas a discurrir por ellos llevándose todo por delante.
La riada podría ser previsible y materialmente prevenida y atendida, pero eso dependía de los hombres, de los gobiernos, y no de la Naturaleza. La narrativa ha llevado la DANA al relato sacando de este la riada.
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