opinión
Nuremberg: el juicio que nunca deberíamos olvidar
Narra cómo al término de la II Guerra Mundial las potencias aliadas se plantearon qué hacer con los dirigentes nazis detenidos
Este último fin de semana ha llegado a las carteleras «Nuremberg», una nueva versión sobre el juicio contra los dirigentes nazis al término de la II Guerra Mundial. Una superproducción que encabezan dos actores ganadores del Oscar, Russell Crowe («Gladiator» 2000 ) y Rami Malek ( « ... Bohemian Rapsody» 2018)
El juicio de Núremberg que, ya dio origen en 1961 a «Vencedores o vencidos», dirigida por Stanley Kramer, con un reparto estelar que incluía a Spencer Tracy, Burt Lancaster , Maximilian Shell, Montgomery Cliff, y Marlene Dietrich, es el que vuelve a las pantallas de la mano de James Vanderbilt, coguionista de la película y de algunos títulos de culto como Zodiac o La verdad, película esta última que también dirigió él mismo.
« Núremberg» narra cómo al término de la II Guerra Mundial las potencias aliadas se plantearon qué hacer con los dirigentes nazis detenidos. Hitler y Göbbels se habían suicidado y otros de los responsables de las masacres cometidas durante la contienda fueron detenidos y en un primer momento se planteó que fueran inmediatamente ejecutados.
No fue así, porque al alto mando aliado se le ocurrió establecer un alto tribunal internacional, que no tenía precedentes, que juzgase a los veinticuatro dirigentes detenidos por crímenes de guerra y contra la humanidad. Un antecedente del Tribunal Penal Internacional.
La película que coincide con el 80 aniversario del famoso juicio, se sustenta en la novela «El nazi y el psiquiatra» de Jack El- Hai, y en la relación que establecen un joven psiquiatra norteamericano Douglas Kelley (Rami Malik)y el lugarteniente de Hitler, Hermann Göring (Russell Crowe). Kelley trata de conocer a fondo a Göring que se presenta como un tipo encantador , culto, de fácil conversación y que adora a su familia. Para él la guerra fue la guerra y los dos bandos cometieron barbaridades de toda índole. No reconoce que el nazismo eliminase sistemáticamente a los judíos.
El psiquiatra trata de llegar al fondo de la personalidad de Göring y en esa relación trascurre toda la película hasta el juicio donde todos y cada uno de los dirigentes nazis juzgados deberán responder a las acusaciones de las que son objeto , con pruebas palpables de lo que ocurrió en los campos de concentración donde fueron exterminadas miles y miles de personas, la mayor parte de origen judío.
Una mirada a la historia que explora hasta dónde puede llegar la mente humana y hasta qué punto somos capaces de concebir el mal. La batalla psicológica entre Göring y el psiquiatra es el centro de la película, con otras sub-historias como la del sargento que hace el papel del intérprete de Douglas Kelley en las numerosas visitas que realiza a la prisión para dialogar con Göring.
Unos hechos que ocurrieron hace ochenta años con los uniformes poblando las calles de Europa y de otras partes del mundo. La maldad, la desolación y la muerte asolaron el continente. Ochenta años después seguimos sin aprender y son cada vez más los movimientos ultraderechistas que reivindican los gobiernos autoritarios del pasado. Nuremberg quiso ser un garante de los derechos humanos en cualquier parte del mundo y castigar las violaciones que se produjera vinieran desde dónde vinieran. La película «Nuremberg» refresca la memoria histórica y reafirma que criminales y genocidas no pueden quedar impunes.
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