Opinión
Los Tosantos
Aquí, que disfrazarnos de lo que sea no nos cuesta nada, esta oportunidad tan maléfica de los muertos vivientes ha encontrado un lugar propicio donde asentarse
Hoy, 31 de octubre, desde que las costumbres anglosajonas inundaron nuestra cultura tradicional, al caer la noche emergerán por nuestras calles multitud de fantasmas, zombis, vampiros y todas esas figuras alegóricas a la noche de Halloween. Pandillas disfrazadas de esos tétricos personajes comenzarán a aporrear ... y a proponernos por los telefonillos el célebre slogan del «Truco o trato» tan cacareado en las películas que se proyectan estos días. A mí, que quiere que les diga, esta tradición me coge un poco desfasada. Aquí, que disfrazarnos de lo que sea no nos cuesta nada, esta oportunidad tan maléfica de los muertos vivientes ha encontrado un lugar propicio donde asentarse. Desde hace ya varios días en la mayoría de los colegios han aparecido las tétricas calabazas agujereadas intentando proyectar con las velas su terrorífico interior. Nuestras nuevas generaciones están asumiendo como propia esta nueva tradición de la noche del terror, no lo entiendo.
Comentaba el año pasado que ya desde el siglo diecinueve se potenciaba, como se ha vuelto acertadamente a hacer este año, el exorno de los puestos del mercado de abastos para celebrar el día de los Tosantos. Gracias a esto, y por supuesto a la pericia de nuestros detallistas, hemos podido disfrutar un año más de la fiesta de los mercados. Al pregón de tan singular fiesta, que ha corrido en esta ocasión a cargo de nuestro amigo Luis Rivero, siguió la tradicional visita al mercado para admirar de nuevo la crítica social que cada año se hace con esos pescados disfrazados de cargadores o esos pollos vestidos de gitana. No debemos perder esta tradición y es nuestra obligación transmitírsela a las nuevas generaciones.
Mañana volveremos a disfrutar de los tradicionales postres típicos de esta celebración. Los huesos de santo, los buñuelos de viento rellenos y, como no, las castañas y las nueces servirán de antesala al recuerdo imborrable de aquellos que nos dejaron y que recordaremos el día 2 de noviembre, día de los fieles difuntos. Por lo pronto, mañana celebremos como merecen los Tosantos
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