Pablo Alborán, durante un concierto de la gira «Terral»
Pablo Alborán, durante un concierto de la gira «Terral» -  Juan Carlos Soler

Pablo Alborán quiere volver, por un tiempo, al sofá

El músico malagueño ha anunciado que se retira, en pleno éxito, durante un par de años. Quiere, por un tiempo, volver a vivir la vida y ser él mismo

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Puede parecer sorprendente que un chico de 26 años, en plena vorágine del éxito, piense de repente en tomarse unas vacaciones. «He decidido parar dos años mi carrera musical». Así, tal cual, lo anunció Pablo Alborán en el programa de televisión «¡Qué tiempo tan feliz!». Pero los motivos aducidos resultan comprensibles, sobre todo cuando se refirió a un amigo, «Nano», que será «papá» próximamente y al que enviaba un abrazo desde la pantalla porque no había tenido tiempo de dárselo en persona. Ni siquiera, dijo, conocía a su mujer. «Esas cosas a mí me duelen, me duelen por dentro porque no tengo tiempo para esas cosas, pero lo voy a encontrar».

Antes, respondiendo a la pregunta de si su corazón permanecía solitario -que sí permanecía, por cierto- explicó que era «el momento de parar, de buscar tiempo para mí, para mi familia, para el amor, por supuesto, y para los amigos».

Y continuó: «Es el momento de recoger velas, de volver a encontrarme, a volver a la normalidad, o al menos de intentarlo». Y, por último, «voy a estudiar guitarra, piano, a leer, porque la rutina es muy mala, la industria es muy rara, te absorbe, te mete en una burbuja de la que cuando te va bien es muy difícil salir. Soy muy inconformista. Muy pesado conmigo mismo y necesito romper con esta rutina, no con el público ni con mi carrera, sino con mi rutina de estar constantemente haciendo lo mismo. Necesito enriquecer esto para dar lo mejor de mí en mi próximo trabajo. Hace un año que no quedo con mis amigos a cenar. Quiero volver a ser yo».

Con naturalidad

Pablo Alborán siempre se ha mostrado como una persona humilde, cercana, con los pies en la tierra. Nunca ha dado la imagen de estrella del pop, a pesar de que los números le permitirían presumir de ello. Es el artista español con un mejor presente y futuro. Su último disco de estudio, «Terral», fue número uno en 2014 a pesar de que salió dos meses antes de que acabara el año. En la actualidad, el álbum cuenta con seis discos de platino (cada uno se consigue por 40.000 copias vendidas).

En su gira de presentación abarrotó tres noches seguidas la madrileña plaza de Las Ventas, y en su visita por tierras americanas acaba de agotar entradas en Miami, Nueva York y Washington. Pero no se le ve la ambición de, por ejemplo, un Enrique Iglesias. Es de esos que no está dispuesto a sacrificarlo todo a cambio del éxito. En sus entrevistas siempre pone por encima el valor de la familia y de los suyos, y reivindica sus raíces andaluzas. De hecho, pasó con rapidez inaudita de cantar con una guitarra en el sofá blanco de su casa a hacerlo en los grandes recintos. Esas canciones caseras que subió en 2010 a YouTube fueron algo más que una carta de presentación. El malagueño se convirtió en un fenómeno social. Ese mismo año lanzó su primer single, «Solamente tú», que se convirtió en número uno en su primera semana a la venta. Se estrenaba alcanzando lo más alto.

En febrero de 2011 lanzaba su disco de debut titulado con su nombre y que también le aupó a lo más alto durante cuatro semanas. Solo unos meses después llegaba la versión en acústico. Se convirtió en el niño mimado, el joven al que los directivos de la industria discográfica miraban con ojos golosos. De la nada se habían encontrado con un superventas. Una tendencia que continuaría con «Tanto» (2012), «Tanto nueva edición» (2013), «Terral» (2014) y «Tour Terral-Tres noches en Las Ventas». Hubo, además, múltiples colaboraciones: Diana Navarro, Carminho, Estrella Morente, Malú, India Martínez... Resultado de todo ello: más de treinta discos de platino en Europa, dos de oro en América y uno en Portugal.

Un ritmo frenético que ha acabado por desbordar al ser humano que hay detrás del artista. Ahora quiere volver a ese sofá, a pesar de que le quedan dos compromisos por cumplir: abrir el concierto de la cantante francesa Zaz el 30 de enero en el Olympia de París, y actuar en febrero en Chicle, en el Festival Viña Del Mar. Además, hay dos posibles premios por recoger, como el Goya a la mejor canción original por «Palmeras en la Nieve», compuesta con Lucas Vidal para la película del mismo nombre; y un Grammy en la categoría de mejor álbum de pop latino.«Necesito recuperar una vida fuera de las cámaras, fuera de los escenarios, de este trabajo», comentó en la entrevista televisiva.

Otras retiradas temporales

Pero no es el primero ni mucho menos, que se toma unas vacaciones para alejarse del mundanal ruido del pop. Han sido muchos los antecedentes, como el de Justin Bieber, que incluso anunció su retirada definitiva con solo 19 años. La megaestrella Taylor Swift también ha expresado su deseo de tomarse un merecido descanso tras un año frenético con su disco «1989».

Sin embargo, el motivo mas frecuente es el de la (mala) salud. Fueron los casos de Joaquín Sabina por un infarto cerebral en 2001, al que siguió una depresión; el de Raphael a principios del nuevo milenio por sus problemas de hígado, que desembocaron en un transplante en 2003 (hoy, con 72 años, está pletórico); o el de Pau Donés, que en estos momentos se encuentra en plena lucha contra el cáncer.

Las cuestiones religiosas también han llevado a alejar por un tiempo a varios artistas, como Cat Stevens, actualmente llamado Yusuf Islam, cuya conversión a las doctrinas de Mahoma le tuvo en barchecho musical desde 1978 hasta 2006; Peret prácticamente desapareció en los años ochenta al ingresar en la Iglesia Evangélica de Filadelfia. Más que asuntos religiosos, fueron espirituales los que llevaron a Leonard Cohen a pasar cinco años en un monasterio zen. Y en la cárcel pasaron una temporada Chuck Berry, de 1961 a 1963, y James Brown, que salió en 1991 de prisión tras pasar allí cerca de tres años. El miedo escénico, por su parte, tiene hoy apartada de los escenarios a Pastora Soler.

Ver los comentarios