Desaparecido en Ecuador

«Le perdimos el respeto al río»

Didac Cerezales, compañero del gaditano desaparecido en Ecuador, narra cómo ocurrieron los hechos

Dispositivo de búsqueda de Manuel Tundidor en Napo CRUZ ROJA

N. Agrafojo(Agencias

La búsqueda de Manuel Tundidor Cabral , el joven de Trebujena (Cádiz) desaparecido en Ecuador el pasado viernes, vuelve a retomarse hoy por tercera jornada consecutiva. Los datos desde el otro lado del Atlántico llegan a cuentagotas pero los últimos testimonios que trascienden de los compañeros del estudiante comienzan a dar luz a un episodio que ha conmocionado a toda la provincia de Cádiz y también a Ceuta , donde cursaba sus estudios de Enfermería el joven gaditano.

Apenas cinco días habían pasado desde la llegada de Manuel Tundidor al país andino, donde había ido junto a otros seis compañeros españoles para realizar unas prácticas de la carrera durante un mes gracias a un acuerdo de la Universidad de Granada . Al parecer, el estudiante gaditano decidió visitar junto a los compañeros una zona turística conocida como Laguna Azul, un entorno natural paradisíaco, formado por piscinas naturales de agua cristalina formadas por el Río Jatunyacu, que desemboca en el Lanzu y forman el río Napo, y rodeada de rocas volcánicas.

Precisamente fueron estas aguas mágicas las que llamaron la atención de este grupo de estudiantes para tomar un descanso y refrescarse. La mayoría de ellos decidieron quedarse en la orilla para contemplar el espectacular paisaje, excepto Manuel, el joven gaditano, y su compañero Didac Cerezales , que quisieron adentrarse nadando en el río.

Sus compañeros aseguran que hicieron la excursión por su cuenta y que no conocían las fuertes corrientes que se producen en la zona y que están catalogadas con un nivel de peligro de escala 4 entre los 6 marcadores. Uno de los miembros del grupo, Jaime Argudo , confiesa que llegaron a la reserva «sin instrucciones» y que desconocían los peligros que encierra la zona, tal y como se demostró posteriormente.

«No pudimos hacer nada»

Uno de los más afectados por lo ocurrido fue Didac Cerezales, el compañero que se adentró en el río junto a Manuel Tundidor. «Manuel y yo nos adentramos en el río y pasó lo que pasó. Le perdimos el respeto al río», comentaba aún con miedo el estudiante, que también fue arrastrado por la corriente pero que la suerte le permitió salir sano y salvo. «En un minuto vi pasar la vida delante mía», relataba con consternación Cerezales, que lamentaba no haber podido ayudar a Manuel. «Lo vimos y no pudimos hacer nada» , añadía.

Mientras tanto, dos familiares de Manuel y un representante de la comunidad universitaria se han desplazado hasta el país andino para seguir de cerca las labores de búsqueda en el río , que se han vuelto a retomar esta mañana con más medios que durante la jornada de ayer en la que los trabajos se tuvieron que suspender a consecuencia de la lluvia, que hacía imposible continuar con el dispositivo.

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