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Israel mantendrá los ataques contra Gaza hasta que liberen al soldado secuestrado

El Ejército reconoce haber matado a 70 palestinos desde que comenzó las operaciones militares en la Franja

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El primer ministro Ehud Olmert aseguró ayer que la ofensiva militar contra la franja de Gaza, que ya ha causado la muerte a más de 40 palestinos -entre milicianos y civiles-, continuará indefinidamente y sólo terminará cuando las milicias liberen al soldado Guilad Shalit, secuestrado desde el pasado 25 de junio. «Estamos hablando de una guerra que continuará durante mucho tiempo y que es complicada. Es una guerra a la que no podemos ponerle un calendario y que no podemos decir cuánto durará», dijo Olmert al Gobierno durante el consejo de ministros.

El primer ministro israelí desestimó algunas críticas de la comunidad internacional en el sentido de que Israel está utilizando una fuerza desmesurada contra las milicias, además de castigar sin piedad a toda la población civil de la franja de Gaza. La invasión israelí sigue adelante y el Ejército ocupa partes del norte, del este y del sur de la Franja. Pese a estas operaciones, los milicianos continúan disparando cohetes contra Israel y mantienen en cautiverio al soldado Shalit, por lo que Tel Aviv no ha conseguido aún ninguno de sus objetivos.

Según un sondeo, el 77% de los palestinos apoyan la captura del militar Shalit y el 67% desea que las milicias continúen secuestrando a israelíes para canjearlos por prisioneros. El presidente Abú Mazen ha despachado a dos hombres, Taysir Jaled y Abdullah Jorani, a Damasco para que se reúnan con el líder de Hamás en el exilio, Jaled Mashal, con el fin de buscar una salida a la crisis. Mashal se ha mostrado inflexible hasta ahora y es dudoso que se avenga a las demandas de Abú Mazen. Recientemente, Mashal acusó al presidente de seguir las instrucciones de Israel y de buscar el derrocamiento del Gobierno de Hamás.

Sin energía

La aviación israelí disparó un misil contra un vehículo en el que viajaban milicianos de Hamás en la localidad de Rafah, pero el proyectil impactó en medio de un puñado de civiles causando la muerte a un joven de 18 años, empleado de un supermercado, y heridas a otras siete personas. Además, las fuerzas aéreas volvieron a atacar durante la madrugada una estación de transformadores. La falta de energía ha obligado a las autoridades palestinas a cerrar seis pozos de agua, lo que deja a la población al borde del desabastecimiento. A esta situación se une la escasez de cloro, indispensable para potabilizar el líquido y del que sólo quedan reservas para tres días.

El Ejército israelí reconoció ayer que, desde el inicio de las operaciones de Gaza, ha matado a 70 palestinos. No obstante, los portavoces del cuerpo desmintieron que los uniformados estuviesen implicados en la muerte de una madre y sus dos hijos, registrada el sábado en el este de la Franja.