Polideportivo

Más compromisos que fiesta

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Desde que se revolcó en la roja arcilla parisina Nadal no tuvo un momento de respiro: atender a la prensa, a las televisiones (entró en directo en el telediario de TVE), a los fotógrafos, visita tardía (llegó a las once y media de la noche) a la embajada de España en París, donde se dio un baño de multitudes. Estuvo en la Embajada unos quince minutos y de allí salió disparado al cercano Trocadero. Le esperaban su familia y sus amigos en el restaurante del Museo del Hombre. Compartió mantel con sus padres, hermana, su agente, Carlos Costa, y su ángel de la guarda en el circuito, Benito Pérez Barbadillo, uno de los directores de comunicación de la ATP. No pudo prolongarse mucho el bailoteo y las risas, al menos para Rafa. Tenía a las once de la mañana la última cita con los fotógrafos para posar delante de Copa de los Mosqueteros.