Sociedad

Lejos de la adivinación y las técnicas esotéricas

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La grafología no tiene nada que ver con lo esotérico ni con técnicas adivinatorias. Es una ciencia en toda su acepción, aunque parte de la comunidad científica no termine de aceptarla. «No somos adivinos, no tenemos una bola de cristal», recalca el grafólogo Juan José Martos. Y es que esta imagen ha hecho mucho daño a la disciplina. «Debido a estos intrusos, a la grafología no se le tiene el respeto y el nivel que ostenta en otros países», destaca Martos.

No en vano, la grafología es una licenciatura universitaria en países como Suiza o Italia. Por el momento esto no ocurre en España, donde la formación de grafólogo se realiza a través de cursos especializados, siendo el Programa de Peritaje Grafopsicológico -dirigido por el profesor Francisco Viñals-, dentro de la Escuela de Posgrado de la Universidad Autónoma de Barcelona, el único curso universitario que existe en nuestro país. «Sin embargo, en ciertas carreras como es el caso de Criminología o Psicología se imparten asignaturas o algunos temas sobre esta materia», recuerda Viñals.

Con código deontológico

La formación especializada es esencial en la grafología. Y no vale con leerse varios libros. A pesar de que no es una profesión regulada y que cualquiera puede ejercerla, los especialistas cuentan con su propio código deontológico. Y desde la Agrupación de Grafoanalistas Consultivos y la Sociedad Española de Grafología se vigila la labor de estos profesionales. «Además, si se participa en un juicio, lo primero que van a pedir son las referencias del grafólogo, porque si no su peritaje no va a ser válido», explica Francisco Viñals.