VUELTA DE HOJA

Puestos a pedir

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En su primer Vía Crucis como Papa, Benedicto XVI ha pedido paz para Irak, un Estado para los palestinos y una salida honrosa para Irán. Un repaso a las grandes crisis mundiales, que son perfectamente compatibles con las pequeñas. Junto a tantas maldiciones, conviene siempre una bendición urbi et orbi. Al margen de su eficacia, hay que reconocer que no le hace daño a nadie. También ha hablado Su Santidad de la pérdida del sentido del pecado y del culto a Satanás, que creíamos en desuso. Para muchos contemporáneos el demonio es un pobre diablo y en cuanto a los pecados, que se dividen en señoriales y ridículos -y a veces en capitales y provinciales- también han perdido la fascinación que tuvieron en otras épocas.

Hay que pedir muchas cosas, ya que nos faltan casi todas. Pedid y se os dará. Alguna vez me he quejado, a título personal, de que a los seguidores de ese esperanzador ofrecimiento no nos especificaran por dónde, pero eso no es nuevo. La novedad, según el Papa recientemente reinante, es la existencia de un orgullo diabólico que piensa en aniquilar la familia.

No sé. En mi pobre opinión la familia es inextinguible, como el clan y la mafia, a pesar de que en estos dos tipos de agrupaciones, solucionadas las rivalidades hegemónicas, suele darse una mayor cordialidad.

En la España actual, que es la que más nos afecta, las familias no peligran por las crecientes divisiones de sus miembros, sino por las sumas. Hay entre nosotros 800.000 musulmanes, que también son nuestros, y entre ellos abundan los matrimonios polígamos que piden los mismos derechos que otras minorías. No entienden que aquí se regulen las bodas homosexuales y no se autoricen las uniones múltiples. Ignoran que poligamia es tener una mujer de más y que monogamia es lo mismo, según algunos solteros. Debemos escuchar sus peticiones.