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Un pueblo en silencio

En Ubrique, la 'Operación' Halcón no ha soprendido; todos conocen a alguien implicado en este fraude al fisco

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Desde que se conocieron en Ubrique las primeras detenciones de la Operación Halcón, el fraude de las facturas falsas en las que están implicados algunos empresarios marroquineros, flotaba en el aire una mezcla de incertidumbre y temor, pero no de sorpresa. En un pueblo cuyo principal motor económico es precisamente la manufactura de la piel, todos conocen o al menos, están relacionados con alguien que podría estar implicado en este fraude al fisco.

En las calles de la localidad se habla mucho este fin de semana de una figura, la de Carlos Carretero. De los negocios que regentaba cuando todavía era jefe de la Policía Local, como la comercialización de coches de segunda mano o la compra venta de artículos de piel, y de su relación con José Luis López, otro implicado en la Operación Karlos o el fraude de las bajas médicas.

Pero nadie se atreve a aparecer en una fotografía o a dar su nombre. Entre la población existe el miedo a quedar señalados, sobre todo, porque se parte del convencimiento de que, casi contotal seguridad, los imputados quedarán libres.

Además de un exceso de prudencia, se encuentra en las calles de la localidad serrana cierto sector de la población al que le cuesta reconocer en estas tramas a quienes con anterioridad han podido ser sus benefactores, bien a través de regalos o mediante puestos de trabajo.

Respecto a la trama de las facturas falsas nadie muestra gran sorpresa, parece ser una práctica habitual totalmente asumida por el sector de la marroquinería ubriqueña. «¿Quién no hace pagos falsos tiene trabajadores sin declarar! Ésto lo sabe todo el mundo», afirma una vecina que, por supuesto, se niega a identificarse. El contable de una empresa de marroquinería declara que «cuando llegan las primeras quincenas de los meses de abril, julio y enero, esto se convierte en un mercado persa de documentos falseados».