ARTE. Macarena rebosa duende. / TAMARA SÁNCHEZ.
MACARENA RAMÍREZ CEPERO BAILAORA Y ACTRIZ QUE ENCARNA A 'LA FARAONA' EN SU NIÑEZ

«Lola Flores era fuerza, genio y temperamento»

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Macarena es artista. Lo saben sus padres, lo sabe María del Mar Moreno, su profesora de baile, y lo sabe Miguel Hermoso, que la ha elegido para ser la Lola Flores intensa y racial de los trece años. Pero, sobre todo, lo sabe ella misma.

Tiene gestos de artista, plante de artista, habla como una artista, con tempo y elegancia, y hasta se ríe como tal. Hermoso acertó de pleno: encarnar a Lola Flores no sólo era cuestión de mimetismo físico, ni de tener más o menos dotes para dibujar caracoleos gitanos encima de un escenario. Esa niña, la que tuviera que ser Lola, debía tener su aura y su fondo, su esencia, y exhalarlo por los cuatro costados de forma natural, sin aposturas ni poses forzadas. «Yo tenía cuatro años», cuenta Macarena, moviendo mucho las manos, «cuando viendo la tele alguien cantó una saeta, me levanté y me puse a bailar, porque me salió así». Sus padres decidieron llevarla a una academia, pasó a la María del Mar Moreno, y de ahí surgió la posibilidad de ponerle cara a Lola, en el cine, cuando La Faraona estaba despertando a la vida, ni más ni menos.

«Para mí es un orgullo, y no te lo digo por decir, sino porque Lola tenía mucha fuerza, y cualquiera que tenga algo que ver con el cante, o el baile, o el arte, sabe qué significa Lola Flores». Macarena es consciente de la responsabilidad que implica haber sido seleccionada entre una multitud de jóvenes candidatas que colapsaron los castings en media Andalucía, pero tiene nervio y temple suficiente como para afrontarlo con los pies en el suelo y la cabeza bien fría: «Yo no me lo esperaba, la verdad, porque tenía que competir con muchas niñas buenas, que me impresionaron, pero desde el momento en que me lo dijeron no he tenido ningún miedo. Si me han elegido es porque han visto que puedo hacerlo, y no me asusta, aunque a Lola hay que mirarla siempre con mucho, mucho respeto».

No se piensa la respuesta cuando se le pregunta por lo más difícil de retratarla: «Hombre, ese genio, esa fuerza y, más que nada, ese temperamento que eran tan suyo... no se puede imitar». Miguel Hermoso la visitó en casa de sus padres. Le dijo que quedaban tres finalistas, y le propuso la lectura de un texto. «Ya me lo habían dado en la primera prueba, pero como no me lo había estudiado, medio lo improvisé, y tuvo que salirme bien, porque poco después, cuando llegaba del colegio, mi madre me dio la noticia, y nos pusimos las dos a gritar de alegría por toda la casa».

Para Hermoso y el resto del equipo del rodaje no tiene más que palabras de agradecimiento: «Nos miman mucho, Miguel es un encanto, se trabaja muy bien con él, y con Gala Évora nos reímos a todas horas, aparte de que es un pedazo de artista. Tienen mucha paciencia con los niños».

Macarena ya sabe lo que es ponerse delante de las cámaras y escuchar el golpe de la claqueta. Ha rodado en Madrid, pero está deseosa de venir a Jerez, el próximo día 18, y ser «la Lola de aquí, la que se pateaba las calles de su barrio cantando y bailando». Está segura de que «la ciudad se va a volcar con la película, porque Miguel está trabajando mucho, y él sabe lo que es Lola para esta ciudad y para toda España, y he notado que la gente de Jerez está deseando que empecemos a trabajar».

Después, sabe lo que le espera: «Estudiar, porque mis padres están hartos de decirme que cuando saque malas notas, se acabó lo de bailar, porque aunque me lo tomo muy en serio, es una profesión muy difícil. Por eso llevo varios años en el Conservatorio, donde curso segundo de baile español, y por eso voy a tener una carrera, y si puedo vivir del escenario, mejor todavía».