Vivienda

«Kichi no escucha a su pueblo»

Tres familias con problemas de vivienda y a punto de ser desahuciados se unen para demandar una solución habitacional al Ayuntamiento

Representantes de las tres familias se han concentrado este viernes en el Ayuntamiento. La Voz

Almudena del Campo

El problema de la vivienda sigue siendo una constante en la ciudad de Cádiz. Este viernes, tres familias gaditanas se han unido en la plaza de San Juan de Dios, a las puertas del Ayuntamiento gaditano, para exigir al equipo de Gobierno una solución habitacional .

De los tres casos, dos de ellos son extremos puesto que la propiedad quiere que estas familias abandonen las viviendas .

El caso de Carmen Otero, una mujer de 84 años , ya es conocido, puesto que constantemente ha sido denunciado tanto en los medios de comunicación como en las redes sociales. La plataforma de Jubilados y Pensionistas hizo viral su caso publicando un video donde explicaban la situación que estaba atravesando Carmen, que vive con una de sus hijas, su yerno y una nieta en la calle Sagasta, en una vivienda que precisa de obras de rehabilitación ante su deficiente estado.

El alto coste de los alquileres en la ciudad hace que Carmen no pueda hacer frente al pago de una vivienda el tiempo que duren las obras de la vivienda en la que lleva más de 40 años pagando religiosamente cada mes.

Aunque la orden de desahucio la tenía fijada para el pasado 8 de julio, finalmente se ha aplazado al 16 de diciembre de este año, fecha en la que se le ha notificado que tiene la orden de desahucio.

En silla de ruedas, ya que cuenta con una minusvalía que le impide valerse por sí misma, ha acudido este viernes hasta la puerta del Ayuntamiento, donde finalmente ha podido mantener una reunión con el alcalde de la ciudad, José María González Santos 'Kichi ' y la concejala de Vivienda, Eva Tubío , que han recibido a la familia en el Consistorio.

El alcalde busca una alternativa para Carmen

Según fuentes municipales, el alcalde le ha ofrecido a Carmen y su familia distintas alternativas y el próximo lunes acudirán a ver otro espacio habitacional.

Asimismo, González Santos le ha transmitido que ha hablado con la propiedad de la vivienda para que la afectada p ueda volver a su casa tras la ejecución de las obras .

Junto a sus hijas se ha unido con otras dos familias , que también cuentan con problemas de vivienda, para reivindicar una solución ya que, según aseguran, desde el equipo de Gobierno no se les escucha «viéndonos obligados a acudir a los grupos de la oposición a ver si es posible que nos ayuden».

Deuda acumulada de 2.500 euros

Junto a ella, se encontraba David Schneider , una padre de familia con cuatro hijos a su cargo que asegura estar «desesperado» . Ha intervenido en varios plenos del Ayuntamiento, donde ha pedido la palabra para que el alcalde y sus concejales escuchen su problema «pero Kichi no escucha a su pueblo . Se tapan los oídos y no quieren saber nada de mi problema».

El retraso en los pagos por parte de la delegación de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de la vivienda en la que habita en la calle Pasquín (de cuyo alquiler aportan un 67 por ciento), han motivado que la deuda haya alcanzado ya los 2.500 euros .

El propietario de la misma ya le notificó el pasado mes de junio que tendría que abandonar la casa por impago y, a día de hoy, según comenta David, « no tenemos ni contrato , por lo que aunque el Ayuntamiento haya querido ponerse al día en los pagos, no ha podido abonarlo porque no hay contrato».

Este padre de familia confirma que aunque está inscrito en el Registro de Demandantes de Vivienda de Procasa , «aquello no se rige por el número que ocupas y se les da casa a gente que después las utiliza para otras cosas, como por ejemplo vender droga o prostitución. Y eso Procasa lo sabe».

Encadenado al Ayuntamiento

Aunque estaba en el número 58 , señala, «ahora me han bajado la baremación alegando que cobro menos de la ayuda familiar, mi único ingreso, cuando no es verdad porque se han remitido a una declaración de la renta de hace varios años». De este puesto, ha pasado al 282 , por lo que sus esperanzas para conseguir una vivienda se diluyen cada día. « Como no tenga una solución soy capaz de encadenarme a la puerta del Ayuntamiento para que me escuchen ».

Por último, Cristina Cantero , víctima de violencia de género, vive en una azotea con un bebé de 10 meses en la calle Sagasta. Recibe el 90 por ciento de ayuda municipal para pagar su alquiler aunque asegura que su vivienda no reúne las condiciones. «Muchas veces no tengo agua caliente, tengo humedades y en la finca de al lado hay ratas y cucarachas».

También figura en el registro, en el número 32 «pero nunca llega una vivienda digna para que pueda vivir con mi hijo ya que no tengo ni familia ni nadie que me ayude».

Cristina, al igual que David, considera que el Registro de Demandantes de Vivienda «no sirve para nada» y por ello están hablando con más afectados para que, juntos, puedan ejercer una mayor presión.

Desde el equipo de Gobierno aseguran que desde la delegación municipal de Asuntos Sociales, tanto a uno como otro se les está atendiendo, al igual que desde la oficina de vivienda.

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