PEREGRINACIÓN NAZARENO
Emoción y sentimientos a flor de piel tras Jesús Nazareno: «Es muy grande lo que estamos viviendo»
La peregrinación del Regidor Perpetuo de Cádiz sigue dejando momentos inolvidables en cada calle, barrio o parroquia que visita: «Mi tío es ateo reconocido y estando ingresado en el hospital no dudó en bajar a ver al Señor», explica un devoto
«Ahora será Jesús Nazareno quien irá al encuentro de todos los gaditanos»
Regidor de la esperanza de Cádiz
Jesús Nazareno ante la mirada de mujeres desde un balón de La Laguna
Quedará en la memoria y retina de muchos lo que desde el pasado viernes se está viviendo en multitud de calles, barrios y parroquias de la ciudad de Cádiz. Porque independientemente de la fe y la creencia de cada uno, lo que Jesús Nazareno de Santa María está dejando a su paso por cada lugar de Extramuros de la ciudad está siendo sencillamente incalculable.
Todo se ve en las caras, los rostros y en los ojos de los que miran con devoción, pasión y respeto la imagen del Señor de Cádiz. Las lágrimas, la satisfacción, la ternura y las palabras a modo de agradecimiento. «Gracias Señor mío por venir a vernos. Gracias Jesús por estar con nosotros, nos das esperanza, nos das ilusión. Eres muy grande Jesús Nazareno». El Nazareno de la esperanza, la puerta de la esperanza, tal y como la cofradía ha denominado esta histórica peregrinación.
Son solo algunas de las muchas frases que se han escuchado estos días en una esquina de María Auxiliadora o en la calle Santa Teresa de Jesús en boca de una señora en silla de ruedas que no dudó en ponerse delante de la parihuela del Greñúo para rezarle. Frases que se han oído a su llegada este miércoles al barrio más lejano de Santa María, Puntales. Su plaza de San Lorenzo del Puntal era epicentro de las emociones con los sones de Regidor Perpetuo a piano y una petalada, momentos después de que Rosa Moreno se emocionara a lágrima viva acompañada de su eterna hermana Trini viendo como Jesús Nazareno llegaba a su barrio. «No hay palabras para describir lo que estamos viviendo», decía uno de los acompañantes de Rosa.
Pasadas las diez de la noche del martes la plaza Virgen de Loreto era el hervidero de un barrio que recibía con los brazos abiertos al Regidor Perpetuo. Pepe salía de la parroquia tras la entrada en su parihuela de la imagen más venerada de la ciudad. «He tenido la oportunidad de cargar la parihuela del Señor. Llevaba muchísimos años sin hacerlo y ahora lo he podido hacer de nuevo pero de una manera especial, pues nunca pensé que Jesús estuviera tan cerca de mi casa».
Cargadores y cargadoras, pues esta peregrinación ha demostrado que el hombro de la fe y la devoción no entiende de género. Han sido muchas las mujeres que en estos días han querido llevar sobre sí mismas el peso del fervor y la pasión. Algunas de ellas como Esperanza León lo hacía por su hija Rocío, recién nacida: «Señor, tu sabes que este no es mi sitio, pero de alguna manera te tenía que agradecer lo que te pedí durante 9 meses. Aquí la tienes Jesús, todo salió bien y aquí está siguiendo tus pasos igual que su mamá. Mi niña es del Nazareno».
Otra cargadora, Ana López, se emocionaba cuando el Nazareno pasaba por su barrio de La Laguna y lo hacía con ella cargando. «Es algo indescriptible. No tengo palabras. Nunca pensé que tendría la oportunidad de cargar y ser una más, y encima hacerlo en mi barrio». Su madre, Toñi Rodríguez, mostraba su felicidad «y el enorme orgullo de ver a mi hija cumpliendo su sueño. Podemos decir que el Nazareno ha pasado hasta dos veces por nuestra casa, algo que seguramente no vuelva a suceder en muchísimo tiempo», explicaba mirando al balcón de su casa, adornado con un emotivo cuadro del Nazareno, en la calle Santa Teresa de Jesús.
Las ganas de cargar al Nazareno han sido tantas que hasta el capataz de la cofradía, Antonio Ramírez 'Poli' ha tenido que llamar a la calma de cara a mantener la seguridad y el orden. Una labor encomiable por parte del equipo de capatacía de la cofradía del Nazareno que ha sentido como suyos a muchos hermanos y devotos que nunca antes habían 'cogido palo', entendiendo que la oportunidad bien lo merecía.
Historias como la de Jesús López, responsable de comunicación de la cofradía, también explicaba su experiencia en primera persona. «Cuando informé a mi madre, Milagros Capell, de la llegada del Nazareno de Santa María a La Laguna, salieron lágrimas espontáneas de ella. Era algo inimaginable para ella, que ha podido vivir en vida. Aquí en la familia siempre se le ha tenido mucho fervor al Nazareno y que se acerque, era algo inenarrable».
Para el recuerdo quedará también el paso por la residencia de mayores Micaela Aramburu. Allí los residentes no dudaban en salir de sus habitaciones para recibir al Greñúo y pedir por ellos y sus familias. Porque si algo tienen nuestros mayores es que siguen pensando más en los demás que en ellos mismos. Caras de felicidad y admiración mezcladas con las lágrimas de quien encuentra consuelo y esperanza en la melena del Gitano de Santa María.
La madrugada en San José y el paso por el Puerta del Mar
Emociones en San José, donde se vivió una madrugada del domingo con la iglesia abierta toda la noche. Velas, poemas, piropos a modo de pregón del gran Iván Roa y muchas peticiones que quedaron a los pies del Nazareno. Así fue una madrugada intensa con el principal templo de Extramuros viviendo emociones a flor de piel. Tal y como se vivió al día siguiente en María Auxiliadora y lo que se vio en el Hospital Puerta del Mar.
Trinidad Moreno emocionada ante su Nazareno
Allí se vivieron cosas inigualables y muy difíciles de describir con palabras. Por eso quedan los testimonios, como el del fotógrafo cofrade Jesús Patrón. «No he vivido cosa más grande que lo ocurrido en el túnel del Hospital, y mira que he vivido muchos momentos cofrades pero como éste ni el encuentro de las dos Esperanzas el pasado mes de diciembre», apunta y añade: «En los túneles no se cabía. Estaba repleto de enfermos y familiares. Entre ellos mi tío Juan, ateo reconocido, que lleva ingresado desde el 13 de junio con metástasis. Pues desde esa mañana estaba inquieto porque quería bajar a ver al Nazareno... Los que hemos tenido el privilegio de estar en ese momentazo en la puerta del hospital se nos ha escapado más d una lágrima. El Señor de Cádiz es muy grande», explicaba.
En el propio túnel de residencia y en mitad de la multitud, una señora se acerca a la parihuela y se planta de rodillas delante de él llorando desconsoladamente pidiendo por su nieto enfermo. «Cuida de mi nieto. Que él siempre ha sido un niño muy alegre y ahora tiene una cosa mala en la cabeza, no le dejes Señor, salva a mí niño».
Historias personales, esas que se escuchaban en el interior de cada uno un viernes de Santa María y que ahora han resonado en otros barrios y lugares de la ciudad. La historia dejará para el recuerdo lo que se está viviendo y lo que aún queda por vivir cuando el Greñúo regrese este sábado a su capilla lleno del amor que le profesa Cádiz.
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