Imagen de archivo de una profesora musulmana, en un aula de Granada
Imagen de archivo de una profesora musulmana, en un aula de Granada - ABC

Una profesora musulmana deja su puesto de trabajo para no estrechar la mano a sus colegas masculinos

La escuela de Suecia en la que realizaba sustituciones le exigió que cumpliera con los valores de igualdad de género

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Una joven musulmana de 20 años, Fardous El-Shakka, ha decidido renunciar a su puesto de trabajo como profesora en el colegio Kunskapsskolan de Helsingborg en Suecia al negarse a estrechar la mano de sus colegas de trabajo masculinos por razones religiosas. En su lugar, El-Shakka, que realizaba sustituciones desde el mes de agosto mientras cursa estudios universitarios, prefería poner la mano en su corazón e inclinar la cabeza, un gesto que no fue apreciado por uno de los profesores del centro que decidió informar a la directora para que tomase medidas.

La maestra fue llamada al despacho de la directora, Lidija Münchmeyer, quien le explicó que el personal tiene que actuar conforme a los valores de la institución si desea trabajar en ella y que esos valores incluyen la igualdad de género.

En declaraciones al diario «Expressen», Münchmeyer comentó que el profesor se había sentido muy discriminado por la actitud de la joven. «La escuela no hace diferencias entre la gente ni los trata de manera distinta. Eso es lo que defendemos con nuestros estudiantes y el personal también tiene que cumplirlo». La respuesta de la joven musulmana fue levantarse y abandonar el trabajo. Además, denunció el caso al Defensor de Igualdad de Suecia, aunque, al estar afiliada a un sindicato, será este gremio quien dictaminará los próximos pasos a seguir.

«Todavía no he recibido una respuesta del sindicato, están estudiando mi caso, así que no puedo dar mucha información sobre lo que puede suceder a partir de ahora», dijo la profesora sustituta al diario «The Local». También añadió que era la primera vez que alguien se había sentido ofendido por ese gesto y que era difícil que volviera allí. «Es una escuela muy especial para mí, porque también fui estudiante en ella. Pero no creo que pueda volver de momento», declaró.

Los países nórdicos han sido tradicionalmente lugares de acogida para refugiados donde el sistema público de bienestar ha proporcionado una igualdad de oportunidades y de integración a los recién llegados. Sin embargo, en los últimos tiempos, comienzan a salir a la luz episodios en los que se produce un choque cultural entre una sociedad que ha convertido la igualdad de género en una de sus banderas y unas costumbres que hacen retroceder los logros de esta lucha a episodios de décadas atrás. Así, el pasado mes de julio, un hombre perdió su puesto de trabajo en un Ayuntamiento al negarse a estrechar la mano de sus colegas femeninas.

Aunque el caso más relevante fue el del político miembro del Green Party, Yasri Khan, que se vio obligado a dimitir en abril después de la polémica originada al no querer dar un apretón de manos a una reportera de la cadena de televisión TV4 en una entrevista.

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