El anterior obispo de Mallorca, Javier Salinas
El anterior obispo de Mallorca, Javier Salinas - Efe

La exsecretaria del obispo Salinas ha declarado contra su exmarido por presunto maltrato psicológico

El hombre, que hace un año denunció una «relación impropia» entre el prelado y su entonces esposa, ha negado ante el juez todas las acusaciones

Palma Actualizado: Guardar
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El Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Palma ha acogido este viernes las comparecencias ante el juez de la exsecretaria del anterior obispo de Mallorca —monseñor Javier Salinas— y de quien fue su esposo, del que se encuentra en vías de separación. Ambas declaraciones se han producido después de que la mujer hubiera presentado semanas atrás una denuncia contra su exmarido por presuntos malos tratos psicológicos.

La comparecencia de la mujer se ha prolongado por espacio de casi dos horas. A preguntas del magistrado, ha ratificado el contenido de dicha denuncia y ha relatado los episodios de violencia verbal que habría sufrido durante su matrimonio. En cualquier caso, no había solicitado ninguna medida cautelar contra su antigua pareja.

El hombre, que ha declarado en calidad de denunciado acompañado por su abogado, ha negado cualquier posible maltrato hacia quien fue su esposa.

Este caso hay que situarlo en el contexto de la compleja situación vivida por la hoy ya expareja a lo largo de los últimos meses. Cabe recordar, en ese sentido, que hace justo un año trascendió públicamente que el entonces marido había presentado una denuncia ante el Vaticano por una presunta «relación impropia» de monseñor Salinas con su entonces esposa, que ambos negaron. La mujer había ocupado el cargo de secretaria adjunta de Relaciones Institucionales de la Diócesis a propuesta del obispo. Todos esos hechos desencadenaron la posterior separación del matrimonio.

La acusación presentada contra Salinas en la Santa Sede se apoyaba en un informe realizado por un detective privado. El dosier contenía diversas fotografías en las que se veía a la esposa del denunciante entrando en la casa del obispo, prácticamente a diario, fuera del horario laboral. El informe también aportaba un listado de llamadas telefónicas efectuadas por parte de la mujer con anterioridad a que se hiciera efectivo su nombramiento como nueva secretaria adjunta.

Salinas sólo reconoció en su momento ante los medios que en septiembre del pasado año él y su antigua colaboradora se habían intercambiado sendos anillos, después de que los dos hubieran puesto en marcha un grupo de oración. Asimismo, señaló que había dejado de llevar ese anillo a mediados de octubre porque no le parecía «oportuno» seguir portándolo.

El obispo y el citado matrimonio habían mantenido una cordial relación durante años, con anterioridad a la decisión personal del prelado de contratar a la mujer. Los cónyuges, integrantes de la nobleza mallorquina, incluso habían invitado en alguna ocasión a Salinas a su finca.

A raíz de la delicada situación creada, el Vaticano llamó a capítulo al obispo en diciembre del pasado año. Tras varios meses de incertidumbre, finalmente monseñor Salinas presentó su renuncia como máximo representante de la Diócesis de Mallorca el pasado mes de septiembre. El Papa Francisco le nombró a continuación obispo auxiliar de la Archidiócesis de Valencia. Salinas fue relevado entonces de manera provisional por el menorquín Sebastià Taltavull, obispo auxiliar de Barcelona, que en estos momentos ocupa el cargo de administrador apostólico

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