ola de violencia

Jornada sangrienta en Irak con más de un centenar de muertos en una cadena de atentados

Un suicida hace detonar su cinturón bomba cuando los servicios de emergencia atendían a las víctimas de un ataque previo

BAGDAD Actualizado: Guardar
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Varios ataques y atentados perpetrados en Bagdad y en otros lugares de Irak han causado al menos un centenar de muertos y más de 300 heridos, en la jornada más sangrienta que se vive en el país árabe en lo que va de año. La ola de violencia estalló en un momento delicado para la vida política del país, porque persiste la incertidumbre a la espera de que se confirmen los resultados de las elecciones legislativas de hace más de dos meses.

El más sangriento ha sido el triple atentado suicida contra una fábrica textil de Hilla, en el centro del país, en la que murieron al menos 55 personas y otras 220 resultaron heridas. Los atacantes detonaron dos coches bomba y un suicida con un cinturón de explosivos se inmoló en la entrada de la fábrica coincidiendo con el cambio de turno. "Dos coches bomba explosionaron junto al personal de la planta cuando abandonaban el complejo por la tarde", ha indicado un portavoz policial en declaraciones a la agencia de noticias iraquí Aswat al Iraq. Aprovechando el revuelo y la concentración de la gente que acudió a socorrer a los heridos, un suicida detonó su carga.

Las autoridades iraquíes, por su parte, han destacado las recientes operaciones contra la insurgencia suní. "A pesar de los fuertes golpes sobre Al Qaeda, hay algunas células que aún funcionan, que intentan demostrar su existencia e influencia", ha afirmado el portavoz de las fuerzas de seguridad para Bagdad, el general Qasim al Musawi, quien ha calificado estos atentados de "histéricos" en declaraciones a Reuters. "Parece una gran campaña de los terroristas, no sólo en Hilla", ha afirmado el gobernador de la provincia de Babilonia, Salman al Zarqani, quien ha sostenido que estos atentados son una reacción a los gestos de las facciones chiíes para formar una coalición de gobierno tras los comicios del pasado 7 de marzo.

Basora y Bagdad, 'golpeadas' por los atentados

En el sur, en la ciudad de Basora, al menos 21 personas murieron y otras 70 resultaron heridas en un triple atentado con coche bomba perpetrado contra un mercado de la localidad, una gasolinera y una zona residencial. También en la capital y sus inmediaciones hubo incidentes de gravedad, como el doble atentado perpetrado por un suicida en coche bomba y un segundo suicida con un chaleco de explosivos que acabó con la vida de trece personas e hirió a otras 40 en un mercado de Al Suwayra, localidad situada a unos 50 kilómetros al sureste de Bagdad.

En el propio Bagdad, nada más amanecer, milicianos con armas con silenciador mataron a siete militares y policías iraquíes en un ataque coordinado contra seis controles de seguridad, mientras que las bombas colocadas en otros tres controles hirieron a varias personas más, informó el Ministerio del Interior. "Es un mensaje para nosotros, para decirnos que nos pueden atacar en distintos puntos de la ciudad al mismo tiempo porque cuentan con células en todas partes", ha indicado una fuente del Ministerio en declaraciones a Reuters.

La huella de Al Qaeda

Ningún grupo ha asumido inmediatamente la autoría de estos atentados y ataques armados, aunque algunos de ellos llevan el sello de Al Qaeda, que recientemente perdió a sus dos figuras más importantes en Irak, Abu Ayub al Masri y Abu Omar al Bagdadi. Los dos líderes terroristas más buscados fallecieron el pasado 18 de abril en una operación conjunta del Ejército de Irak y de EEUU. Pero, cinco días después, Al Qaeda en Irak demostró que seguía con fuerza y causó 61 muertos y más de un centenar de heridos en una serie de atentados en Bagdad y en la ciudad central de Ramadi.

La jornada de violencia se registró mientras Irak vive pendiente de que se confirmen los resultados de las elecciones legislativas del pasado 7 de marzo, clave para la consolidación institucional de este país a partir del derrocamiento del dictador Sadam Husein en 2003. Aunque han pasado más de dos meses desde esa votación, todavía no se ha podido instalar el Parlamento porque se está haciendo un recuento de los votos de la provincia de Bagdad, la mayor del país. Este recuento fue pedido por la coalición del primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, que quedó en segundo lugar en las elecciones, que fueron ganadas por una alianza entre dirigentes chiíes laicos y políticos suníes, encabezada por el ex primer ministro Ayad Alaui.

La Comisión Electoral iraquí calcula que este recuento, que comenzó el pasado día 3, puede que termine a finales de esta semana. Cuando quede instalado, el Parlamento debe designar un nuevo presidente, con menos funciones ejecutivas que el primer ministro, y de la nueva Asamblea Legislativa debe surgir la coalición política a la que el jefe del Estado encargará la formación del gobierno. Esta semana, las dos principales plataformas chiíes, el Estado de Derecho, de Al Maliki, y la Alianza Nacional Iraquí (ANI), anunciaron la constitución de una coalición para la formación del próximo gobierno.