ANDALUCÍA

Marbella tose, Estepona se resfría

Si Marbella tose, Estepona se resfría. De esta forma tan gráfica definen los empresarios esteponeros su relación con la localidad vecina. De hecho, las dos ciudades de la Costa del Sol han experimentado un crecimiento inusitado en apenas diez años, sustentado en una política urbanística similar y con una génesis común: el gilismo. Si bien es cierto que Jesús Gil Marín sólo gobernó Estepona entre 1995 y 1999, también es verdad que hasta 2007 ha habido algún ex miembro del GIL dirigiendo la Concejalía de Urbanismo o desempeñando un puesto relevante en este departamento. La reciente historia política de la ciudad, que en 1995 tenía poco más de 40.000 habitantes y ahora supera los 65.000 censados -más de un 10% de ellos, extranjeros- está marcada por una serie de mociones de censura, pactos y contra pactos que han tenido como protagonistas al PP o al PSOE, pero siempre con ex miembros del Grupo Independiente Liberal (GIL)

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Estepona fue el segundo objetivo del desaparecido Jesús Gil y Gil para acrecentar sus sueños de expansión por las costas malagueñas y gaditanas. Pese a tener una superficie de 136,80 kilómetros cuadrados, la mayoría de este terreno permanecía 'virgen' en 1995, cuando Jesús Gil Marín siguió la senda de su padre. El Ayuntamiento de Estepona, como lo venía haciendo el de Marbella desde 1991, comenzó a pagar obras públicas (embellecimiento de calles, especialmente) con terrenos del propio Consistorio o, directamente, firmando convenios con empresas que obtenían una mayor edificabilidad en sus parcelas. Mientras, se desatendían obligaciones previas contraídas con entidades financieras o con la Seguridad Social. Eso sí, la nómina de empleados municipales crecía de forma constante, lo que le obligaba al equipo municipal de gobierno a aumentar los presupuestos anuales de forma interrumpida para poder hacer frente a los salarios de la plantilla. Más gastos que ingresos supone buscar atípicos para lograr un equilibrio presupuestario. Estepona, al igual que Marbella y otras localidades costasoleñas, salía adelante incrementando el número de convenios urbanísticos firmados anualmente y recurriendo a los bancos hasta alcanzar las cotas máximas de endeudamiento.

Las economías de Marbella y Estepona tienen una relación de 'vasos comunicantes'. De hecho, cuando la Junta de Andalucía le retira las competencias urbanísticas a Marbella en 2005 y, por lo tanto, se frena la construcción en esta ciudad, es Estepona la que toma el testigo en 2006 y 2007, según los datos de inmuebles visados por el Colegio Oficial de Arquitectos de Málaga. Jesús Gil Marín, por diversos motivos más relacionados con la idiosincrasia del esteponero que con sus políticas, no logró revalidar su mayoría absoluta en las elecciones de 1995, aunque fue el candidato más votado, con nueve ediles.

Un cuatripartito (PSOE, PP, IU y PA) desbancó al GIL y el socialista Antonio Caba sustituyó como alcalde a Gil Marín, que no quiso ser el jefe de la oposición y abandonó la política y la ciudad. Pero los nueve concejales del GIL sí permanecieron en el Ayuntamiento con un protagonismo decisivo en la política urbanística que se ha desarrollado en esta localidad hasta 2007.

Las peculiaridades de Estepona se recogen en los encontronazos de Barrientos con sus correligionarios socialistas en la Junta de Andalucía, hasta el punto de que fue expulsado temporalmente del PSOE, en marzo de 2006, cuando inició el expediente para recalificar 600.000 metros cuadrados de Selwo, una reserva privada de flora y fauna que aspiraba a ser uno de los referentes turísticos del municipio.