cría en cautividad

El Zoo de Jerez está a punto de vivir el parto de una lince

El Zoo de Jerez está a punto de vivir, por primera vez en su historia, el parto de una lince que ha sido gestada en el centro a través de un programa de cría en cautividad

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Visitar el área de recuperación de especies en peligro del zoo de Jerez es como -guardando las distancias- entrar en la planta de maternidad de un hospital: caras que se dibujan entre la preocupación y la alegría, teléfonos que no paran de sonar ávidos de buenas nuevas y, ante todo, el intento más o menos conseguido por controlar los nervios. «Parece que está hoy algo inquieta, ¿no?». Atentos a cualquier novedad, el equipo del programa de cría en cautividad ex situ de lince ibérico no quita ojo a la pantalla que les conecta a lo Gran hermano con la niña bonita. Se llama Azahar, tiene 4 años y en pocas horas les hará padres.

Ya se han cumplido los 64 días propios de gestación desde que esta lince ibérica copuló con Fran, el macho seleccionado para la ocasión. «Alternó con las dos hembras que tenemos aquí pero se quedó con Azahar», cuenta Iñigo Sánchez, uno de los técnicos responsable del programa.

El encuentro se produjo en las jaulas que tienen habilitadas en el centro, pero no fue hasta hace unas semanas cuando se pudo confirmar que la hembra estaba preñada. Y es que, aunque en principio pueda parecer que el diagnóstico de embarazo es algo sencillo, en el caso de estos felinos no resulta tan fácil. Hay que tener en cuenta que la prioridad es el animal y que cualquier perturbación de su hábitat de estudio puede suponer el final del programa de reproducción.

Como prueba, una chinche

Para no molestarla, primero se le intentó pesar con una balanza camuflada con lonas que tenía como gancho un poco de comida en su parte superior. Se comprobó que había aumentado un 30% su peso natural por lo que se empezó a descartar el embarazo psicológico, bastante habitual en estos procesos. Pero, para tener mejores pruebas se continuó con otros medios. Lo siguiente era hacerle un análisis de sangre sin utilizar jeringuillas. Se colocó cerca de su lecho una chinche en un envase con una rejilla que permitiera una picadura indolora. Esta prueba junto a la colocación de un colector de orina les dio la buena noticia: Azahar iba a ser madre.

Desde entonces, todos los cuidados y precauciones con la lince han sido pocos. Algo nervioso ante el esperado alumbramiento, Iñigo Sánchez recordaba ayer cómo llegó Azahar hasta ellos. Fue en enero de 2006 cuando aún era una hembra inmadura. La habían encontrado en el Parque Natural de la Sierra Andújar, muy delgada y con un preocupante bulto en el lomo. Tenía una vértebra rota y había que capturarla para garantizar su supervivencia.

La estrella del zoo

Tras las primeras curas llegó a Jerez donde ha crecido con todo tipo de mimos y cuidados. El año pasado cuando cumplió los tres años y ya se le consideraba apta para la cría se intentó su gestación. «Copuló pero no se quedó preñada. Fue una pena», recuerda uno de sus cuidadores. Al parecer, después se comprobó que las copulaciones habían provocado la ovulación pero no llegó a desarrollar embriones.

Vigilada 24 horas

Mientras que llega el gran momento, nadie quita ojo al felino. De hecho, la Consejería de Medio Ambiente ha organizado un grupo de voluntarios que vigilan por turnos las 24 horas del día a la gata. «Esta mañana estaba nerviosa. Hace un rato parecía que se encamaba pero ha vuelto a levantarse. Está inquieta», cuenta María José mientras da un biberón a una rara especie de topo que también cuidan en el zoo. «Estamos deseando ver cómo nacen. Al que le toque aquí, invita», bromean.

Justo al lado un abundante plato de conejo espera a la parturienta. «Son animales muy exquisitos. Sólo comen esto». Mientras, Azahar se acicala, se lame por todo el cuerpo para limpiarse de pelo y prepararse para el parto. La gestación será natural. El lince no es un animal que cree madrigueras sino que utiliza los troncos, rocas o arbustos para parir. Y cuando nazcan sus cachorros habrá que ver qué ocurre con ellos. En principio se quedarán en Jerez pero, según estimen los técnicos de Medio Ambiente, podrán desplazarse a otro centro del programa, donde continuarán con el proyecto puesto en marcha para salvar a la especie.

El plan de cría en cautividad iniciado en 2002 supone un apoyo a las medidas de conservación de la especie en su hábitat (in situ) además de un «seguro de vida» en el caso de que la situación del animal empeorara.

Los objetivos generales del plan de cría son establecer un stock de linces en cautividad capaz de automantenerse y de producir animales idóneos para la reintroducción, con el doble propósito de asegurar la supervivencia de la especie a la vez que de proporcionar animales aptos para reforzar las poblaciones silvestres, incrementar su variabilidad genética o recrear poblaciones extintas.

Este programa se gestiona a través de un convenio de colaboración entre la Junta de Andalucía y el Ministerio de Medio Ambiente y en él participan numerosas instituciones y expertos.

Por el momento se dirige en el centro de cría de El Acebuche (Doñana), desde el que se coordina el programa y en el que se obtuvo en la primavera del 2005, de forma pionera, una camada de lince ibérico en cautividad.

Las crías de Azahar serán las primeras de esta especie que nazcan en el Zoobotánico de Jerez, donde hasta el momento se han criado varios cachorros procedentes de Doñana y Sierra Morena, las únicas poblaciones silvestres del felino más amenazado del mundo.

Mientras, por la pantalla se observa cómo su pelaje moteado no deja de dar vueltas. De repente, se para y Azahar traspasa con su mirada el objetivo. «Tranquilos, ya queda poco», parece decir tras el cristal.