Un científico belga se ha suicidado después de chatear con una inteligencia artificial. El joven, padre de dos hijos, estuvo intercambiando mensajes con esta tecnología durante más de seis meses hasta que finalmente decidió quitarse la vida motivado por las respuestas que recibía en el chat.
Tras la muerte del hombre, se han revisado los mensajes que intercambió con la máquina y se ha podido ver que el fallecido había creado una relación de dependencia emocional, lo que provocó el fatal desenlace.
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