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#cierraUnicefUnicef quiere cerrar

La ONG hace un llamamiento para conseguir que su labor deje de ser necesaria

Madrid Actualizado: Guardar
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Desde hace tres años en la India ya no hay polio. «Parecía un sueño que nunca se iba a cumplir, pero tras 15 años de trabajo, se consiguió», dice Jorge Caravotta, jefe del programa de Unicef sobre erradicación de esta infección. A nivel mundial, su incidencia se ha reducido en más de un 99 por ciento: de registrar 350.000 casos en 1998, a tan solo 74 en 2015. Es una oportunidad histórica para erradicar la polio, defiende Unicef. Si se lograra, como otros muchos proyectos de la organización, se podría cerrar Unicef.

Por ello, la ONG ha lanzado una campaña en España en la que asegura querer cerrar Unicef. El motivo: significaría que ya no les quedaría trabajo por hacer.

No solo se habría erradicado la polio, sino también otras enfermedades prevenibles como el sarampión, la neumonía, la diarrea o la desnutrición. Los niños irían a la escuela y tendrían acceso a los sistemas de salud, no existiría el trabajo infantil o los niños soldado.

«Espero que algún día podamos cerrar Unicef, lo siento por quienes trabajáis aquí», ha bromeado Felipe Reyes, capitán del Real Madrid Baloncesto, en la presentación de la campaña #cierraUnicef. Sin embargo, como ha reconocido el actor Eduardo Noriega, la realidad cada día hace prever todo lo contrario. Ejemplos como la guerra de Siria o la hambruna en Sudán del Sur muestran que el trabajo de la organización sigue siendo necesario.

Eso sí, las zonas que requieren la mayor parte de la ayuda van cambiando. Como reconoce Javier Martos, director Ejecutivo de Unicef Comité Español, se ha avanzado mucho en el acceso a la educación, especialmente en Latinoamérica, donde la tasa de acceso está en el 95 por ciento. A nivel global, en 15 años se ha reducido a la mitad la muerte de menores de cinco años. O, en el año 2015, la ONG suministró tratamiento para 3,2 millones de niños en situación de desnutrición y se consiguió que el 82 por ciento de esos niños se recuperaran.

Sin embargo, África Subsahariana sigue requiriendo gran atención, dice Martos. La malnutrición aguda y, sobre todo, los conflictos armados como los vistos en Afganistán, Irak, Siria, Sudán del Sur, Yemen o Nigeria hacen que Unicef haga ahora un nuevo llamamiento. Hasta 535 millones de niños viven en países afectados por conflictos o por desastres naturales.

«Los logros conseguidos son los que hacen confiar en que es una misión posible, la de cerrar Unicef», ha defendido Noriega, amigo de la ONG, que ha asegurado que con tratamientos poco costosos como vacunas se pueden lograr grandes resultados. «Quiero dar fuerza a esta campaña, porque probablemente, si conseguimos de verdad cerrar Unicef, ese día será uno de los mejores de nuestra vida».

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