La defensora del pueblo, Soledad Becerril, en la puerta de su despacho en la sede de la institución
La defensora del pueblo, Soledad Becerril, en la puerta de su despacho en la sede de la institución - ERNESTO AGUDO

Soledad Becerril: «España no estaba preparada para acoger a los refugiados»

La Defensora del Pueblo analiza en una entrevista con ABC la crisis de los refugiados y las quejas de los ciudadanos en 2015

Madrid Actualizado: Guardar
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A punto de cumplir su cuarto año de mandato, la defensora del pueblo hace un balance en ABC sobre las principales quejas de los españoles en el informe de 2015 ; así como de uno de los problemas al que está dedicando una atención especial: los refugiados. Su actitud crítica e independiente ante el poder, que ha caracterizado su gestión —«una defensora dócil» sería un «gasto inútil»—, le lleva a reconocer que ni España ni la Unión Europea estaban preparadas para afrontar la crisis de los refugiados.

Esta semana ha presentado ante el Pleno del Congreso el informe de 2015. El mayor número de quejas afectan a la Justicia. ¿El retraso en la resolución de procesos, como los que afectan a la corrupción, están extendiendo la sensación de que la Justicia no funciona?

—Es cierto que hay casos importantes que prescriben, pero, en términos generales, la Justicia sí funciona.

Otro de las quejas afecta a la libertad religiosa. Con la llegada de los populismos a ayuntamientos y gobiernos autonómicos se han adoptado decisiones en contra de esta religión ¿Se detecta una cierta persecución o inquina contra los católicos?

—Hemos recibido quejas con motivo de alguna exposición de obra gráfica que los ciudadanos consideran una ofensa para su religión. Lo hemos puesto en conocimiento de la Fiscalía por si apreciara un delito. Sí, se han producido ofensas en distintos lugares a la libertad y a la práctica religiosa, y eso son conductas delictivas. Las administraciones tiene que ser respetuosas con las prácticas y con las creencias de la mayoría o de un amplísimo sector, como son los creyentes de la Iglesia Católica. Defendemos como principio el respeto a la Iglesia Católica

Precisamente han sido organizaciones como Cáritas o Cruz Roja las que están en el punto de mira de estos gobernantes de izquierda.

—Estas organizaciones hacen un papel fundamental en la sociedad y prestan una ayuda absolutamente imprescindible de la que no podemos permitirnos el lujo de prescindir.

Una de sus principales preocupaciones está siendo el problema de los refugiados e incluso ha viajado a los campos donde se encuentran. El comisario de Inmigración de la UE ha criticado a los países por incumplir el Plan de Acogida, ya que de los 160.000 comprometidos solo se ha atendido a 1.145 ¿Estaba la UE preparada para hacer frente a esta crisi?

—La Unión Europea no estaba preparada para organizar la acogida de un número tan alto de refugiados. Ni tenían personal capacitado, ni los medios suficientes y nos hemos encontrado con un grandísimo problema. Pero está situación sí tiene arreglo, no solo enviando apoyo económico, sino funcionarios que en Grecia, Italia y Turquía presten allí sus servicios durante un tiempo.

En el caso concreto de España, solo ha acogido 18 refugiados desde septiembre de 2015 y ninguno de los 467 comprometidos en marzo ¿España tampoco estaba preparada?

—No hay capacidad para aligerar los trámites, pero no solo en España, sino también en los países de donde vienen. España no estaba preparada, pero el problema de organización radica en Italia y Grecia para que estas personas puedan llegar a los demás países.

En España hay un problema añadido y es que los refugiados no quieren venir y prefieren irse a vivir a países del norte de Europa y Alemania.

—Es cierto que hay una gran mayoría que prefiere ir a los países nórdicos y Alemania ¿por qué?, pues porque tienen familia y personas conocidas allí y porque tienen unas prestaciones sociales importantes, esa es la verdad.

¿Cuando habla de prestaciones sociales se refiere, entre otras, a la sanidad? Usted fue muy crítica con la decisión del Gobierno de limitar la asistencia sanitaria universal y gratuita a las urgencias, niños y embarazadas ¿Cree que ha llegado el momento de abrir la mano y cambiar esta situación?

—Esta medida no me pareció bien, no, no, ¿cómo me va a parecer bien? Eso no le puede parecer bien a ningún defensor. Se ha rectificado y las comunidades autónomas están dando unas tarjetas diferenciadas de otras, en las que se puede constatar la situación no regular, pero permite la cobertura sanitaria. Abrir la mano, no. No se debe tener a personas sin esa cobertura.

Uno de los problemas que se detecta en los colegios y al que le va a prestar especial atención con la elaboración de un informe es el del acoso escolar. ¿Considera suficientes las medidas que ha puesto en marcha el Gobierno?

—El informe sobre acoso escolar es muy difícil porque no todo el mundo quiere aclarar los casos que ha visto en su entorno, ni centros escolares, ni la sociedad. Es una actitud humana, pero no ayuda.

Está a punto de cumplir el cuarto año de mandato y no ha sido precisamente una defensora dócil con el Gobierno que la nombró ¿se considera una chinita en el zapato del Ejecutivo?

—He procurado y procuraré actuar conforme a lo que creo en cada momento que tengo que hacer, a la vista de los casos, de los hechos y de la Legislación. He tenido ocasión de hacerlo de manera independiente, no presionada por ningún poder. Una defensora del pueblo al servicio del Gobierno no vale la pena y sería un gasto inútil, perfectamente prescindible.

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