Seis millones de dólares para traer a España la «inviable» Oficina Internacional de Educación

El Gobierno presenta una propuesta, tras la amenaza de Suiza de dejar de ser sede si no hay un «cambio profundo»

La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez ABC

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El Gobierno de Pedro Sánchez quiere trasladar a España la sede de la Oficina Internacional de Educación (OIE), un organismo de la Unesco, ubicado en G inebra , que actualmente no tiene ninguna función importante y del que Suiza se quiere desprender, si no se redefinen sus funciones y se realiza un «cambio profunfo» en sus objetivos. La propuesta que ha enviado el Ejecutivo socialista, a la que ha tenido acceso ABC, ha causado estupor en la comunidad educativa y universitaria.

El malestar por esta solicitud no es solo por la irrelevancia de este organismo, sino porque se ha comprometido a destinar seis millones de dólares anuales a su mantenimiento. Una aportación económica que contrasta con la escasez de fondos para programas como el Estatal de Generación de Conocimiento y Fortalecimiento Científico y Tecnológico del Sistema de I+D+i, que ha dejado en el aire las ayudas para 7.000 grupos de investigación.

La OIE es el instituto de categoría 1 más antiguo de la Unesco, con sede en Ginebra. Fue fundado en 1925 y pasó de ser un centro de investigación y documentación a una rama especializada de la Unesco en materia de planes de estudio. Según un documento del Consejo Ejecutivo del pasado 1 de abril sobre «El futuro de la Oficina Internacional de Educación», «en los últimos dos decenios ha prestado apoyo a unos 85 estados miembros para fortalecer sus capacidades, procesos y contenidos, en lo que respecta a los planes de estudios». El mandato que tiene este instituto es el de «elaborar y aplicar planes de estudio que fomenten el acceso equitativo a la educación y al aprendizaje, adecuados y de calidad».

Sin embargo, con el paso de los años, este instituto ha ido perdiendo importancia, todo ello unido a una disminución del apoyo financiero. En este informe sobre su futuro, se afirma que «la OIE recibe una asignación de aproximadamente cuatro millones de dólares cada bieno y, en el último bienio (2016-2017), recaudó 3,3 millones de dólares de otras fuentes de financiación». El apoyo extrapresupuestario de los gobiernos donantes ha disminuido desde 2014, y la situación financiera actual es «precaria e insostenible». De hecho, Suiza, país anfitrión del instituto, ha decidido «suspender su financiación anual a partir de 2018», agravando aún más la situación.

Asumir la financiación

Ante esta coyuntura, el Comité Ejecutivo asegura que la Unesco «comenzó a estudiar posibles opciones para el futuro y la sostenibilidad financiera de la OIE: mantenerla en Suiza, integrar la contribución especializada de la OIE (los planes de estudios) en el Sector de Educación en la sede de la Unesco y encontrar un nuevo país anfitrión».

La opción elegida inicialmente fue buscar un nuevo anfitrión, advirtiendo de que «el país anfitrión sería el responsable de su financiación». Este proceso se abrió el 7 de diciembre de 2018 cuando se invitó a los estados miembros a que manifestaran su interés por albergar la OIE antes del 15 de enero de 2019. Las condiciones para ser sede de este organismo incluían el suministro de locales gratis, equipados para albergar 30 estaciones de trabajo, la financiación de todos los gastos relacionados con el edificio y la administración, así como los gastos del programa, que ascienden a cinco millones de dólares al año. También tiene que hacerse cargo de los gastos de la plantilla, estimada en ocho funcionarios internacionales del cuadro orgánico y cinco del cuadro de servicios generales, con un costo de unos 1,6 millones de dólares al año. El director y el oficial administrativo seguirían siendo remunerados con cargo a la asignación de la Unesco, 762.000 dólares por bienio, frente a los cuatro millone de dólares actuales.

El primer país en mostrar interés por albergar la sede de la OIE fue los Emiratos Árabes Unidos, el 27 de septiembre de 2018. El segundo, el 11 de enero de este año, España, a través de una carta de la ministra de Educación, Isabel Celaá. El tercero, el 14 de enero, la República Popular China . Finalmente, e incumpliendo el plazo, el cuarto país fue Suiza, el 20 de febrero. Éste último, en su propuesta, pide «redefinir el mandato actual» y se compromete a apotar una financiación anual mínima de 800.000 dólares durante tres años a partir de 2020.

Propuesta suiza

Suiza se muestra muy crítica con la situación actual de la OIE, afirmando que «en su forma actual no es viable, siendo el problema fundamental la falta de valor agregado real , en comparación con las universidades, que cuentan con departamentos curriculares con decenas de investigadores».

La propuesta suiza advierte de que trasladando «el problema a otro país» porque éste se haga cargo de los gastos «no es una decisión valiosa de la Unesco». A su juicio, «no resolverá el problema a largo plazo» porque es «necesario un cambio profundo en el mandato de la OIE para que dé una respuesta duradera a esta situación». En su documento, señalan que desde 1925 han acogido este instituto y que seguirían acogiéndolo si se produce un « cambio de función y de mandato».

El interés de España por ser sede de este organismo lo anunció el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el 15 de enero, tras entrevistarse con la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay. Cuatro días antes ya había enviado la propuesta a este organismo. Justificó su interés en acoger este instituto en el firme compromiso de España «con el proceso de dinamización en el que está inmersa la organización y con los valores que representa».

En el documento de propuesta destaca la importancia de esta oficina «en guiar y apoyar a los países para diseñar e implementar el currículo» y ofrece como sede Madrid y Valencia. Además, afirma que «España está preparada para asignar cinco millones de dólares al año a la implementación del programa y 1,6 para dotación de personal». Unos gastos que quiere compartir con alguna autonomía, al precisar que «España se compromete a encontrar un gobierno regional que comparta parte de estos costos».

Sede en Madrid o Valencia

El Ministerio de Educación pone en valor la «asistencia sanitaria universal», los «hospitales privados de renombre y «la gran cantidad de instituciones académicas que ofrecen educación bilingüe ».

Las fuentes consultadas por ABC aseguran que el Ministerio de Asuntos Exteriores ha manifestado sus reservas sobre la propuesta de Educación, que no les convence. Igualmente, el sector se pregunta si se propone Valencia como sede porque el embajador permanente de España ante la Unesco es el exdiputado valenciano, Juan Andrés Perelló .

«No se le tiene en cuenta»

La Oficina Internacional de Educación no es un organismo prestigioso que se tenga en cuenta a la hora de tomar decisiones estratégicas en materia de educación. Así lo sostienen los expertos consultados por ABC, que aseguran que, desde 2015 no «tiene prácticamente ninguna actividad» . Lo último que recuerdan es que organizaba una cumbre mundial en 2008, «pero dejó de hacerla».

El director de Calidad Educativa de la Comunidad de Madrid y exdirector del Instituto Nacional de Evaluación Educativa entre 2012 y 2015, Ismael Sanz, asegura que «no es una oficina muy conocida en España». En este sentido, señala que cuando estaba al frente de este instituto era el responsable de las relaciones con los organismos internacionales, «y yo desconocía el trabajo de esta oficina. Tuvimos contacto con otras oficinas de la Unesco, como el Instituto de Estadística». Sanz no recuerda «ningún estudio, ni informe relevante que haya tenido impacto sobre la realización de los planes de estudio». Igualmente, afirma que «no es un organismo al que se le tenga en cuenta cuando se quiere tomar una medida educativa ».

Las fuentes consultadas aseguran desconocer la razón por la que el Gobierno quiere traer este organismo a España, ABC preguntó a Educación y remitieron a las palabras de Sánchez: «El firme compromiso de España con el proceso de dinamización en el que está inmersa la organización y con los valores que representa como el diálogo intercultural».

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