Reformas que se guardan en el cajón de Tráfico para la legislatura
En la «era Navarro» se han perfilado infinidad de propuestas, que el bloqueo político ha impedido materializar
Si un conductor maneja su vehículo este verano por alguna arteria de la red principal del Estado no dejará de ver este mensaje: «Fumar al volante mata en dos segundos». La prohibición del tabaco cuando se conduce será una reforma que el bloqueo político impida llevar a término, de momento. Hay muchas otras propuestas a las que la «era Pere Navarro » ha dado forma en los últimos meses y que la situación política conduce, por ahora, al fondo del cajón. En el mismo hivernan desde principios de año algunas medidas de calado que pueden, o no, pasar a mejor vida.
Entre estas reformas planificadas, se encuentra la «medida estrella» que no dejaría indiferente a nadie. El cambio del carné por puntos, un modelo que lleva vigente en nuestro país más de trece años . Fue impulsado por el propio Navarro, en su etapa anterior con el Gobierno de Rodríguez Zapatero, en 2006, y él mismo, años después, no se cansa de repetir que hay que «revisarlo y actualizarlo» en diversos apartados.
En su punto de mira, siempre, el móvil. «Chatear mata en un segundo», dijo recientemente el responsable de Tráfico , que ha llamado incluso a los padres a no mensajear ni llamar por teléfono a sus hijos mientras sepan que están viajando.
Distracciones mortales
Entre los cambios que vienen, si ve la luz un Gobierno socialista, destaca aumentar a 6 puntos la detracción punible por utilizar y manipular el móvil mientras se conduce. Las distracciones causan ya el 30%de los siniestros al volante, así que, para combatirlas, las sanciones que se planifican serán más duras y habrá numerosos radares más a lo largo y ancho de las carreteras del país. Con concreción, Navarro anunció el pasado mes de junio que colocará 78 nuevos antes de que concluya 2019. Y vendrán muchos más.
Aunque 2018 ya fue un año mejor en cuanto a siniestralidad vial (con un balance de 24 fallecidos menos que en 2017, con Gregorio Serrano, del PP, en la sede central de Tráfico), Navarro no se atreve todavía a hablar de «cambio de tendencia» y vive obsesionado con la reducción de muertes sobre el asfalto como gran objetivo de su liderato. En ese contexto situó la bajada a 90 kilómetros por hora de la velocidad punta en las carreteras de la red secundaria, que entró en vigor en febrero de este año. En uno de los borradores que se acumulan en los armarios de la sede central de la DGT se contempla también la medida de que a 111 kilómetros por hora en esas vías, los conductores pierdan dos puntos y 300 euros. Ahora se pierden a partir de 121 km/h. Navarro sí llegó a anunciar, aunque no ha visto la luz, que en los borradores que pergeña Tráfico estaría la bajada a 30 kilómetros por hora de la velocidad máxima en ciertas zonas de todas las ciudades del país.
Para ese contexto urbano, Tráfico tiene otros dos elementos entre ceja y ceja. Su preocupación por la falta de una regulación nacional por el uso de los patinetes es notoria desde mediados de 2018, cuando se produjeron los primeros accidentes mortales y se hizo público que cada municipio, como Madrid y Valencia, estaban «regulando a la suya». Entre otras muchas iniciativas, Tráfico planea hacer controles de drogas y alcohol a los usuarios de estos vehículos de movilidad personal, además de exigirles el uso del casco o prohibirles el de auriculares. Todo esto ha quedado, de momento, en el aire.
Hay que leer entre líneas de los reales borradores redactados del nuevo reglamento de conductores y circulación para encontrar la intención clara de la DGTde bonificar con dos puntos a los conductores que hagan cursos de seguridad vial aunque hayan perdido el carné y la de que los noveles no obtengan el teórico sin haber cursado ocho horas de formación vial obligatoria en autoescuelas. Otra novedad sería retirar un punto más que ahora a quien no lleve el cinturón, del que se olvidan, todavía, casi tres de cada diez conductores actualmente.
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